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jueves, 25 de marzo de 2010

CONTRA LO QUE LUCHAMOS



ANTIGUOS COMPAÑEROS SE REUNEN








Ya somos todo aquello

contra lo que luchamos a los veinte años.



José Emilio Pacheco


La fábula del tiempo. Antología.


Ediciones Era.

sábado, 6 de marzo de 2010

NO SE LO DESEO A NADIE



EL ARTE DE LA GUERRA

            Años de errar en el desierto. Salvé la vida porque el verdugo se compadeció y entregó el recién nacido a unos pastores. Cuando alcancé la mayoría de edad me dijeron: “Eres hijo del rey asesinado. Acaudilla a los desafectos, recobra lo que te pertenece”.
            Las tropas del impostor no me alcanzaron. Años de errar en el desierto. Me enseñaron el arte de la guerra las tribus mercenarias. Al evocar el nombre de mi padre levanté ejércitos. Tras veinte años de combate, gracias a la valentía de mis soldados y la astucia de mis lugartenientes, tomé la capital, hice pedazos al tirano y me senté en el trono que no se comparte.
            Ahora soy rey. No se lo deseo a nadie. En los ojos de cada uno de mis compañeros de lucha observo el odio y el brillo de la daga que tarde o temprano se clavará en mi espalda.

José  Emilio Pacheco
Desde Entonces
Editorial Era.

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lunes, 15 de febrero de 2010

ACTÚAN COMO SICARIOS



LA HORA DE LOS NIÑOS

Los niños traficaban con una nueva especie de ratas
Anilladas como langostas y de color magenta y celeste.
Sabor extraño al principio
Pero como el hambre no miente
Nos habituamos a hornearlas.

Ya que uno es lo que come, en menos de un año
Nos volvimos como ellas.
Primero los ojitos alarmados, la pelambre y la cola.
Poco después los dientes de taladro,
Las garras como sierra de partir  huesos.
(¿Hará falta añadir que a este respecto
No tuvieron gran cosa que enseñarnos?)

Ahora son hombres los niños que vivían de las ratas.
Actúan como sicarios de un poder invisible
Y poco a poco pero noche tras noche
Nos eliminan sin clemencia

José Emilio Pacheco
Como la lluvia
El Colegio Nacional / Ediciones Era.

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lunes, 30 de noviembre de 2009

SER SERES DE VERDAD HUMANOS




JARDIN DE NIÑOS 10


(Fragmento)



Entre el amor que puede ser asfixia y produce

plantas de sombra que se calcinan en la realidad

                sensitivas

y el desamor que engendra monstruos dolientes,

cuál es el justo medio, cual es el punto

donde se erigen los que deben ser seres

de verdad humanos, no caricaturas

ni proyectos abandonados.

La violencia nace en la casa, el dulce hogar

reproduce lo que hay afuera. El maltrato,

como toda crueldad, es inconsciencia

y da forma a quienes serán

los crueles inconscientes del mañana.

La sobreprotección

es un efecto del pesimismo:

si el mundo es malo

y nada hacemos por cambiarlo –se dicen-

al menos retrasemos en lo posible

la hora y fecha del pago



José Emilio Pacheco
La fábula del tiempo. Antología.
Ediciones Era.

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sábado, 28 de noviembre de 2009

6 MILLONES DE POBRES MÁS EN ESTE GOBIERNO




EL DESASTRE




Se hunde mi patria:

          asistiré a su ruina.




José Emilio Pacheco.
Islas a la deriva
Siglo XXI Editores.

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lunes, 2 de noviembre de 2009

NO HUBO EXORCISMO





ESPECTROS


Nunca he visto fantasmas. Llevé una

años enteros en el desmantelado

teatro de la memoria.


Transilvania o los páramos ingleses

fueron menos temibles que los sitios

en donde estuve bajo el sol con ella.


No hubo exorcismo contra aquel espectro


Un día cesaron las apariciones.




José Emilio Pacheco

La fábula del tiempo. Antología.

Ediciones Era.


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sábado, 15 de agosto de 2009

NO A TI





ANÓNIMOS


Bondad


Dura cosa es ser bueno.

Sólo un dios

tendría honor semejante.




Perfume


Te envío este perfume

para adornar

no a ti

sino al perfume:

tú misma eres perfume del perfume.



José Emilio Pacheco.

Islas a la deriva

Siglo XXI Editores.


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lunes, 10 de agosto de 2009

FUE COMO UN REPROCHE






NO ENTENDERÍAS

(Fragmento)


Caminaba demasiado rápido y la niña tenía que apresurarse para marchar a mi paso.

Se detuvo, alzó los ojos, me miró para cobrar aliento y un tanto avergonzada preguntó:

-Papi ¿existen los enanitos?

-Bueno, existen en los cuentos.

-¿Y las brujas?

-También, pero sólo en los cuentos

-No es cierto

-¿Por qué?

-Yo he visto brujas en la tele, y me dan mucho miedo.

-No tengas miedo. La televisión pasa cuentos –en que salen las brujas- para divertir a los niños, no para que se asusten.

-Ah, entonces todo lo que pasan en la tele son cuentos.

-No, no todo. Es decir, como explicarte… No entenderías.

Oscureció. Un firmamento cárdeno surcado de nubes plomizas. En los botes de basura comenzaba la putrefacción de los desechos dominicales –periódicos, latas de cerveza, envolturas de sándwiches. Bajo el rumor lejano del tránsito se escuchaban caer en la hierba gotas de lluvia escurridas de troncos y hojas. El sendero atravesaba un claro entre dos arboledas. En ese momento llegaron hasta mí los gritos: diez o doce niños habían cercado a otro. De espaldas contra un árbol los miraba con temor pero no gritaba para pedir auxilio o piedad.

Mi hija volvió a tomarme de la mano.

-¿Qué están haciendo?

-No sé: peleando. Vámonos de aquí. Andale, apúrate.

La frágil presión de sus dedos fue como un reproche. Se había dado cuenta. Yo era responsable ante ella. Y a la vez mi hija representaba una coartada, una defensa contra el miedo y el exceso de culpa.

Quedamos inmóviles. Alcancé a ver el rostro –la piel oscura enrojecida por las manos blancas- del que era golpeado alegremente por todos. Grité que se detuvieran. Sólo uno se volvió a mirarme e hizo un gesto de amenaza y desdén. La niña contemplaba todo aquello sin parpadear. El muchacho cayó y en tierra fue pateado. Alguien lo puso en pie y lo abofetearon de nuevo. No me atreví a moverme. Quise pensar que si no me movía era para proteger a mi hija, por la conciencia de que yo nada podía hacer contra los doce.

-Papi, diles que no hagan eso, regáñalos.

-No te muevas: espérame aquí.



José Emilio Pacheco

El viento distante

Editorial Era.


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domingo, 28 de junio de 2009

NO QUIERO NADA PARA MI

FIN DE SIGLO

La sangre derramada clama venganza

Y la venganza no puede engendrar

sino más sangre derramada ¿Quién soy:

el guarda de mi hermano o aquel a quien

adiestraron

para aceptar la muerte de los demás,

no la propia muerte?

¿A nombre de qué puedo condenar a muerte

a otros por lo que son o piensan?

Pero ¿cómo dejar impunes

la tortura o el genocidio o el matar de hambre?

No quiero nada para mí, sólo anhelo

lo posible imposible: un mundo sin víctimas.


José Emilio Pacheco

La fábula del tiempo. Antología.

Ediciones Era.


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lunes, 8 de junio de 2009

FUI DERROTADO


MAKE LOVE NOT WAR (2)
Otros celebran guerras y batallas
Yo sólo puedo hablar de mi desventura.
No me vencieron los ejércitos:
fui derrotado por tus ojos


José Emilio Pacheco.
Islas a la deriva
Siglo XXI Editores.
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