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domingo, 3 de enero de 2010

AQUÍ VEMOS LOS CRÍMENES MÁS ESPANTOSOS




LOS DESOCUPADOS

            Aquí vemos a millones de seres humanos, en la plenitud de su fuerza y de su inteligencia, hábiles para el trabajo que no desean otra cosa que convertir  en cosas útiles su fuerza muscular, vagar con los brazos caídos de lugar en lugar proponiendo inútilmente la fuerza de sus músculos y el fósforo de sus cerebros, mientras en sus humildes hogares esperan ansiosos  su regreso la mujer y los hijos soñando con mendrugo  que llevarse a la boca… y cuando estos desocupados se atreven  a pedir pan al gobierno, el gobierno manda a sus genízaros para que les rompan el cráneo a macanazos.  Aquí vemos a millones de mujeres vender sus cuerpos para apaciguar  los ardores de las tripas vacías; aquí vemos los crímenes más espantosos llevados a cabo por la miseria a que tiene sujeto al ser humano  una clase patronal soberbia  y omnipotente que, cuando millones de seres humanos se roen los codos  de hambre y tiritan de frío en sus covachas, ella hace derroche de lujo y abofetea  los sentimientos de los pobres con la ostentación de sus orgías y de sus fiestas.

Ricardo Flores Magón
1914: La Intervención Americana en México
Ediciones Antorcha.


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martes, 8 de septiembre de 2009

DE UN LIBRO DE REYES HEROLES (EL BUENO)





EL LIBERALISMO SOCIAL DE IGNACIO RAMIREZ

(Fragmento).



Es una cosa singular; monarcas, asambleas, gobernadores, prefectos, ayuntamientos, han inventado mil necesidades tan costosas como inútiles; y todas las han satisfecho; mientras tanto, ellos todos, se han declarado impotentes para proporcionar trabajo, el empleo de ese capital natural, a la mayor parte de sus representados; más escandalosa ha sido su ineptitud o su mala voluntad, pues lejos de asegurar a los asociados un cambio de valores tomando por base los productos personales, proclaman la aristocracia del capital monetario y subyugan la luz de la inteligencia y el sudor de la frente laboriosa a una desigualdad entera e injustamente ficticia.

Ignacio Ramírez. 1875.



Jesús Reyes Heroles.

El Liberalismo Mexicano en Pocas Páginas.

Lecturas Mexicanas.


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jueves, 27 de agosto de 2009

SON INVISIBLES




LOS SEMAFORISTAS

(Fragmento)


He escrito acerca de los semaforistas en más de una ocasión. En ocasiones unas líneas; otras veces, unos párrafos. Incluso, he incluido una definición, por supuesto, arbitraria, acerca de ellos en el Diccionario de las infamias del ser humano.

Semaforista. Habitante del antes llamado tercer mundo que sobrevive alrededor de los semáforos de las grandes ciudades y que retrasa su muerte por lo que ahí vende. La mayoría es producto del desempleo, fruto de la rapacidad de políticos y retrato del fracaso de políticas neoliberales.

Regreso el 26 de agosto de 2009 a los semaforistas. Imposible no hacerlo. Han aumentado en número. Se ha incrementado en los semáforos la oferta de productos y de servicios y se ha diversificado la población que ahí labora. Los semaforistas crecen y se multiplican en forma directamente proporcional a la incapacidad gubernamental de generar empleos y a las necesidades que tienen ellos y sus familias de sobrevivir, y aumentan en forma inversamente proporcional a la ética y al compromiso social de los políticos.

Para el gobierno son invisibles. Son más desechables incluso que los indígenas, pues son un conglomerado amorfo sin identidad y sin presente. Sólo comparten pasado: el del expolio y el olvido por parte de la nación mexicana. Ahí esta la clave: para el gobierno y para los políticos, sobre todo para los petimetres –la mayoría–, son invisibles.

No exagero. Muchos semaforistas, sobre todo los que acceden a las grandes urbes desde el campo, sobreviven de milagro. Y, a pesar de eso o, más bien, quizás por eso, su presencia favorece al gobierno: son seres invisibles, no forman parte de ninguna de las listas gubernamentales, se mantienen gracias a su oficio, y, al no contar con una historia común, es imposible que se unan para protestar. Si algún estudioso afirmase que al gobierno le conviene la presencia de los semaforistas yo apoyaría su tesis.

El 26 de agosto habrá menos semaforistas que el 27 de agosto. Los políticos, y las políticas mexicanas de ambos días, son casi idénticos. Salvo porque el color de los escudos de los partidos es distinto, la ineptitud y la corrupción de nuestros políticos es casi igual, aunque, existe una diferencia: siempre corremos el riesgo de empeorar.


Arnoldo Kraus. Nota completa en:

http://www.jornada.unam.mx/2009/08/26/index.php?section=opinion&article=018a2pol


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