LEONARDO DA VINCI (1452 - 1519)
(Fragmento)
En torno a la Gioconda hay muchísimas leyendas. No se sabe a ciencia cierta quién fue esa mujer que inspiró a un gran artista uno de los retratos más notables y más misteriosos de todos los tiempos. Pero el que haya sido la mujer de un tratante en ganado o la esposa del canciller florentino pertenece a la esfera de los chismes en torno a la historia del arte. Se cuenta que Leonardo, cuando Mona Lisa estaba posando para él, hacía tocar una música suave para ver el reflejo de las melodías en su semblante. Ignoro si ésta es una de tantas leyendas. Pero algo es seguro: Leonardo al pintar este retrato se propuso representar el juego de las emociones internas. No le bastaba el aspecto físico; para el lo físico no era más que una parte de la personalidad, y ni siquiera la más importante. Ese gran investigador, ese observador exacto de la realidad buscaba tras la apariencia de las cosas el alma y el espíritu de la persona. En ello hay que ver lo extraordinario, y lo único en aquel tiempo: la Mona Lisa es el retrato de un alma.
Paul Westheim
Mundo y Vida de Grandes Artistas I
Biblioteca Joven.
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