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miércoles, 1 de julio de 2009

LA ACABALACIÓN DEL TIEMPO


BENZULUL
(Fragmento)

Ese día, Juan Rodríguez Benzulul amaneció distinto. Tenía alegría, estaba contento, se notaba fuerte. Más diablo.
-Ahora tengo chulel. La semilla tá salvada. Ya no voy a salir a buscar hojitas así que me muera. Ya no hay Benzulul miedoso. Ya no hay Juan que no dice lo que pasó en el camino. Benzulul se fue con la luna, como el tata conejo. Ahora soy el Encarnación.
Ese día se quedó en el pueblo. Ese día no fue al aserradero.
-Hombre con nombre tiene chulel galán. Hombre con chulel se manda solo. Hombre que se manda solo no tiene patrón.
Salió a la calle, y todo Tenejapa vio que el Benzulul era distinto, que el Benzulul había cambiado.
Se encontró con la Lupe y le propuso que se fueran juntos para el monte.
Le habló al Salvador Pérez Bolón y le quitó su dinero.
Bebió trago y gritó su fuerza.
-Aquí naiden tiene miedo
A todos les dijo:
-Aquistá Encarnación Salvatierra
Y todos le vieron con desconfianza
-Aquí se va a decir todo lo que el camino sabe – gritó-, Encarnación Salvatierra no tiene miedo. Encarnación Salvatierra dice todo lo que ve. No escuende nada.
Y dijo todo lo que sabía. Lo que averiguó en el llano. Lo que vio en el río. Lo que le confiaron los rastros. Lo que la loma oculta. Todo lo dijo el Benzulul. Lo que siempre tuvo en el fondo, como piedritas redondas, lo fue dejando salir con fuerza.
-Es la acabalación del tiempo- gritaba-, ya las piedras son cerros. Y a los cerros naiden los detiene.
Los hombres miraron fijamente, asombrados, al Benzulul.
-No miren a los ojos porque se mueren- amenazó.
-Es ocurrente el Encarnación- dijo alguien en voz baja.
Todos supieron que era el Encarnación Salvatierra
Tanto lo dijo, tanto lo oyeron, que se lo fueron a contar al otro Encarnación.
Todo el día Benzulul anunció su nuevo nombre. Quiso que todos conocieran que tenía pantalones. Que supieran que llevaba mágico cuidándole los pasos.
Todo el día lo anduvo gritando. Todos lo supieron
Tanto lo dijo, tanto lo oyeron, que se lo fueron a contar al otro Encarnación
La noche enfrió las piedras de Tenejapa. El camino estuvo triste. Las lomas, los árboles, las encinas y los conejos conocieron otro suceso aquella noche.
-Abrí, Chema, o te capo
-Este Encarnación siempre tan ocurrente
La botella llenó las gargantas de los Salvatierra y de los acompañantes.
-Oí vos, Encarnación. ¿A quién colgaste hoy en la tarde? Me llegó el rumor
-¡Ah, qué gente tan chismosa! No pueden ver una cosita de nada porque luego luego a echar arguende.
-Cosita de nada. Ocurrente siempre el Encarnación
-Fue al Benzulul que te colgaste, ¿verdad?
-No vayas a creer que lo ahorqué. Nomás lo colgué de los brazos. Fue que el muy maldecido me andaba robando el nombre. Y así uno se queda sin defensa. Si me hubiera robado un caballo, o un toro, o hasta la misma Rosa, tal vez ni le hubiera dicho nada. Me hubiera caído en gracia que se estuviera haciendo el macho. Pero quiso robar el nombre. Andaba diciendo que él era el Encarnación y eso no lo permito. A naiden se lo consiento.
-Bien dicho, hermano. Bien dicho.
Por eso fue que me lo llevé pal camino. Al mismo roble que ya me conoce. Desde que lo saqué del pueblo empezó la aburrición. Que si él era respetuoso. Que si él no contaba no sé qué cosas. En fin, una bola de sonseras. Al fin se puso a chillar como una vieja. Harto chillaba. Por eso como que me empezó a entrar la lástima. Ya por no dejar, nomás me lo colgué, pero no pa ahorcarlo, de los brazos lo guindé nomás, pero luego me puse a pensar que a lo mejor seguía con las ganas de perjudicarme la defensa. Saqué el cuchillo y le arranqué la lengua para que no me ande robando el nombre. Allá lo dejé
-Este Encarnación siempre tan ocurrente.

Benzulul
Eraclio Zepeda
Fondo de Cultura Económica.


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