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sábado, 1 de agosto de 2009

SAMUEL: MEDIO SIGLO DE COMPROMISO


LA LUCHA PRICIPAL NO ES CONTRA LA POBREZA EXISTENTE, SINO MÁS BIEN CONTRA LA INJUSTA CONCENTRACIÓN DE LA RIQUEZA

Estimados y Estimadas amigos y amigas:
No puedo salir aún de la sorpresa que recibí cuando se me comunicó la noticia de que se me había asignado el Premio Internacional Nuremberg de los Derechos Humanos 2001.
Experimento muy variados sentimientos: Uno de ellos es el agolpamiento en mi mente de la multiplicidad de acontecimientos trágicos y a la vez esperanzadores que suceden en Chiapas y en mi País México. Otro es el saber que una violación a los derechos humanos es, casi por definición, la acción de unos seres humanos que produce dolor en otros seres humanos. Esto hace que los derechos humanos sean un tema actual y a veces desgarrador.
¿Cómo trasmitir y expresar, en fin, todo el dolor, el horror, la angustia, la indignación de un pueblo sometido a atentados a la integridad física, tortura, desapariciones, privación ilegal de libertad, hostigamiento e intimidación? ¿Cómo visualizar el hostigamiento que impide realizar las tareas cotidianas de ir al río a lavar, al monte por leña o al campo a trabajar? ¿Cómo hacer entender, por ejemplo, lo que está dentro del alma de los niños cuando al hacer un dibujo lo primero que representan son aviones, helicópteros, hombres disparando y personas muertas o heridas? ¿Cómo olvidar la masacre de Acteal y el dolor inexpresable de las madres que vieron morir a sus hijos acribillados, o el espanto de los niños que se dirigían a los cuerpos inertes de sus padres que no respondían a su llanto?
¿Cómo decir el dolor que hay en los ojos tristes, hasta el día de hoy, de esa mujer que perdió el mismo día, padres, hermanos y sobrinos?
¿Podré tener alegría en el corazón sabiendo que este reconocimiento que hoy recibo supone todos esos inexpresables sufrimientos? No puedo recibir esto hoy día, sin prometerme a mí mismo continuar infatigablemente luchando por el reconocimiento de la dignidad y los derechos humanos individuales y colectivos de los pueblos indios. Reconozco, además, que el presente acto es también un acompañamiento solidario de esta "Ciudad de la Paz y de los Derechos Humanos" a las fatigas inagotables de esos mismos pueblos.
Por todo ello, reitero mi agradecimiento, a nombre propio y de los pueblos indios de México y del Continente, a la ciudad de Nuremberg, a las Autoridades, al Jurado y a los Organizadores de este evento.

Obispo Samuel Ruiz
Fragmentos del discurso del 16 de septiembre del 2001, con ocasión de recibir el Premio Internacional de Derechos Humanos de la ciudad de Nuremberg.
Discurso completo en:
http://www.menschenrechte.org/beitraege/lateinamerika/beit006la.htm

miércoles, 29 de julio de 2009

LAS RECOMENDACIONES QUE NOS HACE JESUS



CONSTRUIR LA PAZ ENMEDIO DE LA GUERRA

Luchar por la paz significa no sólo tomar una posición pacifista simple, sino integral. Esto pasa por cuestionar al sistema capitalista neoliberal, pero también nos interpela en el uso de la violencia como el único método para liberarnos o para enfrentar la injusticia. Vale la pena revisar seriamente el pensamiento de Gandhi y del propio Cristo, con respecto al papel de la no-violencia-activa, como alternativa para construir una sociedad no sólo donde quepan todos, sino en la cuál no se tenga que sacrificar a nadie para conservar la paz y el orden.

En este sentido, los cristianos no deben olvidar de seguir al píe de la letra las recomendaciones que nos hace Jesús: no matarás, amar al enemigo, no estar apegado a nuestras propiedades y por último, devolver bien por mal. Cosas que Gandhi y otros luchadores no violentos lo llevaron a la práctica hasta sus últimas consecuencias, esto no es una referencia al margen, mucho menos cursilería de pacifistas o estupidez política inviable. Estas recomendaciones, son el único camino para librarnos del uso de la violencia como la única salida para restaurar el orden, la paz y la justicia. Jesús, nos ofrece el camino aparentemente menos lógico, racional e ineficaz del amor hacia la humanidad, que se expresa claramente a través de la no violencia.

Por eso, los humildes y sencillos son los más abiertos a este mensaje, ya que ellos han vivido en carne propia la violencia que se ejerce a través de la guerra.

La no-violencia, nos invita a estar del lado de las victimas generadas por cualquier sistema, gobierno, sociedad o comunidad. Jesús nos llama a ser sus defensores aunque en ello tengamos que recorrer su propio camino. Y la pregunta que Dios nos hará al final de nuestra existencia será: ¿De que lado estuvimos? ¿A quién defendimos? ¿Por quien optamos? Preguntas a las que los poderosos no podrán evadir ni ahora ni al final de su vida.


Obispo Samuel Ruiz

Construir la paz en medio de la guerra.

Ensayo completo en: http://www.eumed.net/libros/2005/cipaz/2g.htm

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