sábado, 23 de enero de 2010
CONTEMPLAR UN PARTIDO DE FUTBOL
viernes, 16 de octubre de 2009
EL MAS HUMANO DE LOS DIOSES

MARADONA
Ningún futbolista consagrado había denunciado sin pelos en la lengua a los amos del negocio del fútbol. Fue el deportista más famoso y más popular de todos los tiempos quien rompió lanzas en defensa de los jugadores que no eran famosos ni populares.
Este ídolo generoso y solidario había sido capaz de cometer, en apenas cinco minutos, los dos goles más contradictorios de toda la historia del fútbol. Sus devotos lo veneraban por los dos: no sólo era digno de admiración el gol del artista, bordado por las diabluras de sus piernas, sino también, y quizá más, el gol del ladrón, que su mano robó. Diego Armando Maradona fue adorado no solo por sus prodigiosos malabarismos sino también porque era un dios sucio, pecador, el más humano de los dioses. Cualquiera podía reconocer en él una síntesis ambulante de las debilidades humanas, o al menos masculinas: mujeriego, tragón, borrachín, tramposo, mentiroso, fanfarrón, irresponsable.
Pero los dioses no se jubilan, por humanos que sean.
El nunca pudo regresar a la anónima multitud de donde venía.
La fama, que lo había salvado de la miseria, lo hizo prisionero.
Maradona fue condenado a creerse Maradona y obligado a ser la estrella de cada fiesta, el bebé de cada bautismo, el muerto de cada velorio.
Más devastadora que la cocaína es la exitoína. Los análisis, de orina o de sangre, no delatan esta droga.
Eduardo Galeano
Espejos Una Historia Casi Universal
Editorial Siglo XXI.
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¿QUÉ FALTÓ?

LAS PARTES NOBLES DEL EQUIPO
(Fragmento)
En ocasiones, las invectivas engrandecen a los héroes o les dan oportunidad de realizar groserías inolvidables. Fue lo que logró Hugo Sánchez en diciembre de 1990, en el Camp Nou. Después de derrotar al Barca en un partido de especial agresividad, encaró a los catalanes que le gritaban “indio” y procedió a tocarse los testículos para especificar la parte del cuerpo por la que se pasaba su racismo. Según relata Francisco Mouat en Nuevas cosas de futbol, el gesto fue descrito por la prensa como un “aparcamiento del miembro” y provocó una verdadera zarzuela en tribunales. Como los mexicanos pensamos que aceptar un error es peor que cometerlo, Hugo explicó que había actuado por comezón e instinto, como si se rascara la nariz. Sin embargo, el video no dejaba lugar a dudas de que su “aparcamiento” había sido ofensivo. De manera inolvidable, el juez sentenció; “Tales manipulaciones no tenían por objeto acomodar su masculinidad”. Hugo siguió en lo suyo. Con picardía cantinflesca exigió a la Federación redactar “un reglamento de higiene en el que indique aquellas partes del cuerpo que los jugadores podemos tocarnos”. A pesar del apoyo de su equipo, el delantero recibió dos partidos de sanción.
Dios es redondo
Juan Villoro
Editorial Planeta.
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sábado, 10 de octubre de 2009
QUÉ ES LA FELICIDAD?
(Fragmento)
Un periodista preguntó a la teóloga alemana Dorothee Solle:
-¿Cómo explicaría usted a un niño lo que es la felicidad?
-No se lo explicaría, -respondió-. Le tiraría una pelota para que jugara.
El futbol profesional hace todo lo posible por castrar esa energía de felicidad, pero ella sobrevive a pesar de todos los pesares. Y quizá por eso ocurre que el fútbol no puede dejar de ser asombroso. Como dice mi amigo Angel Ruocco, eso es lo mejor que tiene: su porfiada capacidad de sorpresa. Por más que los tecnócratas lo programen hasta el mínimo detalle, por mucho que los poderosos lo manipulen, el fútbol continúa queriendo ser el arte de lo imprevisto. Donde menos se espera salta lo imposible, el enano propina una lección al gigante y un negro esmirriado y chueco deja bobo al atleta esculpido en Grecia.
Un vacío asombroso: la historia oficial ignora al fútbol. Los textos de historia contemporánea no lo mencionan, ni de paso, en países donde el fútbol ha sido y sigue siendo un signo primordial de identidad colectiva. Juego, luego soy: el estilo de jugar es un modo de ser, que revela el perfil propio de cada comunidad y afirma su derecho a la diferencia. Dime cómo juegas y te diré quién eres: hace ya muchos años que se juega al fútbol de diversas maneras, expresiones diversas de la personalidad de cada pueblo, y el rescate de esa diversidad me parece, hoy día, más necesario que nunca. Estos son tiempos de uniformización obligatoria, en el fútbol y en todo lo demás. Nunca el mundo ha sido tan desigual en las oportunidades que ofrece y tan igualador en las costumbres que impone: en este mundo de fin de siglo, quien no muere de hambre, muere de aburrimiento.
En Montevideo, Verano de 1995
Eduardo Galeano
El fútbol a sol y sombra
Editorial Siglo XXI
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