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jueves, 4 de febrero de 2010

SÍ EN MÉXICO



CUADERNO 5
(Fragmento)

…Volví a las oficinas de Regeneración, en Channing Street, abracé a Enrique y Antonio Villarreal y a los Sarabia y al pequeño Librado y a los demás, y les dije que  había llegado el momento de ponernos en marcha.
            Ellos se me habían anticipado: dos semanas antes de reunirme con ellos, habían celebrado una reunión para inaugurar  el Partido Liberal Mexicano. A mi me eligieron presidente, Juan Sarabia fue el vicepresidente, Villarreal el secretario y Enrique el tesorero. Librado y los otros eran vocales: miembros del comité de quienes se esperaba que participaran  en todas las discusiones, pero que habrían de inclinarse ante los titulares. Aunque solo fuera por mi nueva autoridad de europeizado, sí se inclinaron ante mí. Yo era el jefe; de eso no había duda.
            Lo primero que deseaban de mi era un Plan, algo que estableciera formalmente quiénes éramos y qué representábamos. Lo publicaríamos en Regeneración, y lo enviaríamos al sur, para que nuestros compatriotas  supieran que hablábamos en serio y que no éramos simplemente otro grupo loco de disidentes. Bueno, lo escribí tratando de convencerme que era posible, que podía triunfar, y tratando de acallar mis dudas. Yo mismo no podía imaginar  cómo podría triunfar en otro lugar, pero sí en México.
            El Plan es célebre hoy, y todos lo aceptan como el modelo de la Constitución Mexicana de 1917 (aunque pocos lo reconocen como el modelo, asimismo, del Plan de Ayala de Emiliano Zapata de 1911). No voy a consignar aquí sus cincuenta y dos proposiciones. Permítanme ejemplificar.
            Lo que nuestro plan establecía era, primero, la no reelección del presidente (El propio Díaz había proclamado esto, y aceptado que el presidente no podría tener  más que un período de cuatro años;  pero  había enmendado la antigua Constitución para poder, él,  reelegirse  hasta por seis períodos si así lo deseaba. Segundo, nada de servicio militar obligatorio. Tercero, el cierre de todas las escuelas religiosas. La educación debía ser enteramente secular; nada de adoctrinamiento represivo de la iglesia. Los niños asistirían a escuelas públicas estatales hasta los catorce años y  no se les permitiría trabajar hasta esa edad. Absoluta libertad de prensa.  Un salario mínimo de cinco pesos diarios. Una jornada laboral de ocho horas  Las deudas de los campesinos a sus jefes quedarían olvidadas. Se acabarían las tiendas de raya. Protección a los indios (en el régimen de Díaz, los mayas, yaquis y tarahumaras, entre otros, habían sido llevados a la rebelión, luego implacablemente castigados y vendidos como  esclavos, de tal modo que  sus tierras pudieran ser confiscadas  y ofrecidas a hacendados  importantes y oportunistas gringos.
            Y, lo más importante de todo el renacimiento de México, la Reforma Agraria.-  Las vastas tierras arrebatadas a los campesinos debían ser recuperadas, redivididas y devueltas a sus propietarios originales. Empezará el lector a  apreciar la magnitud de esta tarea si le digo que las familias Terrazas y Creel poseían en aquel entonces más de 5,500 hectáreas de Chihuahua; el vicepresidente Ramón Corral dominaba la mayor parte de Sonora, y la familia Escandón, que pronto sería enemiga  de Emiliano Zapata, consideraba propiedad particular casi todo el estado de Morelos. Entre los extranjeros, por ejemplo, el Babícora  Estate de William Randolph Hearst cubría más de 400,000 hectáreas; las propiedades de W. C. Greene, en Sonora, eran más de 2,400 hectáreas; y la Colorado River Land Company  poseía más de 2,800 hectáreas en Baja California. Todas esas tierras habían sido robadas, y debían ser devueltas, primero  que nada, una vez realizada la Revolución y destruido el Porfiriato.

Douglas Day
Los Cuadernos de la Cárcel de Ricardo Flores Magón
Fondo de Cultura Económica.

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domingo, 3 de enero de 2010

AQUÍ VEMOS LOS CRÍMENES MÁS ESPANTOSOS




LOS DESOCUPADOS

            Aquí vemos a millones de seres humanos, en la plenitud de su fuerza y de su inteligencia, hábiles para el trabajo que no desean otra cosa que convertir  en cosas útiles su fuerza muscular, vagar con los brazos caídos de lugar en lugar proponiendo inútilmente la fuerza de sus músculos y el fósforo de sus cerebros, mientras en sus humildes hogares esperan ansiosos  su regreso la mujer y los hijos soñando con mendrugo  que llevarse a la boca… y cuando estos desocupados se atreven  a pedir pan al gobierno, el gobierno manda a sus genízaros para que les rompan el cráneo a macanazos.  Aquí vemos a millones de mujeres vender sus cuerpos para apaciguar  los ardores de las tripas vacías; aquí vemos los crímenes más espantosos llevados a cabo por la miseria a que tiene sujeto al ser humano  una clase patronal soberbia  y omnipotente que, cuando millones de seres humanos se roen los codos  de hambre y tiritan de frío en sus covachas, ella hace derroche de lujo y abofetea  los sentimientos de los pobres con la ostentación de sus orgías y de sus fiestas.

Ricardo Flores Magón
1914: La Intervención Americana en México
Ediciones Antorcha.


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domingo, 22 de noviembre de 2009

BENDITA SEA






DISCORDIA


            Imaginaos la tierra sin montañas, el mar sin olas, el cielo sin estrellas, la flor sin colores. Imaginaos a todas las aves vistiendo el mismo plumaje, a todos los insectos ostentando la misma forma y color. Imaginaos las llanadas sin un repliegue, sin un accidente; arenas y guijarros aquí, guijarros y arenas allá, arenas y guijarros por todas partes; ni un árbol, ni un yerbajo; nada que trunque la monotonía del paisaje, nada que interrumpa la uniformidad del cuadro; ni un arroyo que murmure, ni un pájaro que cante, ni una brisa que recuerde que hay movimiento, que hay acción. Imaginaos, por último, a la humanidad, sin pasiones, teniendo todos los mismos gustos, pensando todos del mismo modo, y decid si no sería preferible morir  de una vez a sufrir la prolongada agonía, que no otra cosa sería vivir en tales condiciones.
            El orden, la uniformidad, la simetría parecen más bien cosas de la muerte. La vida es desorden, es lucha, es crítica, es desacuerdo, es hervidero de pasiones. De ese caos sale la belleza; de esa confusión sale la ciencia; de la crítica, del choque, del desorden, del hervidero de pasiones surgen radiantes  como ascuas, pero grandes como soles, la verdad y la libertad. La Discordia, he ahí el grande agente creador, que obra en la naturaleza. Las acciones y las reacciones en la materia inorgánica y en la orgánica, generadoras de  movimiento, de calor, de luz, de belleza, ¿qué son si no obra de la Discordia? Rompiendo la monotonía de las substancias simples, la Discordia acerca unas a las otras, las mezcla, las combina, las desmenuza, y las lleva de un lugar a otro: el hierro que duerme en las entrañas de la tierra es el mismo que arde al atravesar la atmósfera terrestre en forma de aerolito, el que enrojece los labios de una mujer y el que brilla en la hoja de un puñal; el carbono que se presenta negro en los tizones apagados es el mismo que se ostenta verde y bello en las hojas de las plantas, límpido como una gota de rocío en el diamante, tibio y acariciador en el aliento de la mujer amada. Todo lo transforma la Discordia: disuelve y crea, destruye y esculpe.
            En las sociedades humanas la Discordia desempeña el principal papel. Innovadora, rompe viejos moldes  y crea nuevos; destruye tradiciones queridas pero perniciosas al progreso, y prende en el alma popular nuevas lumbres, nuevas ansias después de destruir los rescoldos en que desentumecen su frío senil los ideales viejos. Esteta, detiene en su trillado camino al Arte y lo hace tomar nuevos derroteros, donde hay fuentes no aprovechadas aún por el rebaño literatoide, nuevos colores, nuevas armonías, giros de dicción inesperados que no existen en ninguna paleta, que no han vibrado en ninguna cuerda, que no han brotado como chorros de luz de ninguna pluma. Revolucionaria siempre, la Discordia hace que el disgusto fermente en los pechos proletarios hasta que, amargadas las almas hasta el límite, irritados los nervios hasta alcanzar  el máximo de tensión, la desesperación hace que las manos busquen la piedra, la bomba, el puñal, el revólver, el rifle, y se lancen los hombres contra la injusticia, dispuesto cada uno a ser un héroe.
            Mientras el pobre se conforma con ser pobre; mientras el oprimido se conforma con ser esclavo, no hay libertad, no hay progreso. Pero cuando la Discordia tienta el corazón de los humildes; cuando viene y les dice que mientras ellos sufren sus señores gozan, y que todos tenemos derecho a gozar y vivir, arden entonces las pasiones  y destruyen y crean al mismo tiempo; talan y cultivan, derriban y edifican. ¡Bendita sea la Discordia!
Periódico “Regeneración” del 29 de Octubre de 1910.



Ricardo Flores Magón
Artículos Políticos
Ediciones Antorcha.


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martes, 17 de noviembre de 2009

CON MUCHA DELICADEZA





PROCEDIMIENTOS CONTRA RICARDO FLORES MAGÓN
(Fragmento)

Consulado de los Estados Unidos Mexicanos, Phoenix, Arizona. Reservada.  Phoenix, Arizona, 24 de junio de 1909.

Tengo el honor de informar a esa superioridad, que en la oficina del Procurador de los Estados Unidos me han informado muy reservadamente, que las agrupaciones socialistas de California, remitieron al señor Presidente de los Estados Unidos, W. H. Taft, una gran petición,  pidiéndole perdonara a los revoltosos recientemente convictos en Tombstone, Ricardo Flores Magón, Antonio Villarreal y Librado Rivera; esta petición, habiendo sido recibida  la pasó el señor presidente Taft, al Procurador General de los Estados Unidos señor Wickersham, para que diera su opinión sobre el particular, y este señor a su vez la ha remitido a esta oficina del procurador federal señor Alexander, para que este señor informe sobre el particular con relación al perdón de los ya  mencionados revoltosos Magón y socios.
            La información del señor procurador Alexander, será de que por ninguna circunstancia se perdone a los individuos Magón, Villarreal y Rivera; porque son bastante peligrosos y han causado muchos trastornos a la gente trabajadora  donde han estado y muy particularmente  en Texas y Arizona, en donde han organizado  revueltas con el fin del robo, pillaje y perturbación de la paz en la República Mexicana; que se les deje cumplir todo su término en la Penitenciaría sin ninguna prerrogativa; y a más que recomienda muy formalmente que al concluir la sentencia en este Territorio, sean llevados a Texas, para que se les juzgue por el mismo delito de que fueron aquí convictos, por violación de las leyes de neutralidad, las cuales han sido violadas por ellos también en Texas.
            Reitero a Usted las seguridades de mi más atenta consideración y respeto. Arturo M. Elías.
           
            El señor Alexander fue el recomendado por México, para que continúe en el puesto que desempeña, tan convenientemente para nosotros. Convendría, con mucha delicadeza, hacerle algún obsequio.  Señor Secretario de Relaciones  Exteriores, México, D. F.



Prólogo, ordenación y notas de Manuel González Ramírez.
R. Flores Magón. Epistolario y Textos.
Fondo de Cultura Económica.


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martes, 10 de noviembre de 2009

EN CADA POBRE UN ENEMIGO





LA SOLIDARIDAD
(Fragmentos)

            …La teoría de Darwin sobre la selección, que explica cómo los individuos mejor dotados para la lucha  por la vida son los que triunfan, es el razonamiento que esgrimen los ricos  y los déspotas contra los que tratan de  poner en duda el derecho que se apropian para explotar  y oprimir, aunque olvidando decir, porque así les conviene, que los animales de una  misma especie no se destruyen unos a otros. La lucha de las especies va dirigida contra otras especies, a la vez que se opera un proceso de adaptación al medio. Sólo la especie humana ofrece el repugnante  espectáculo de devorarse  unos individuos a los otros, produciéndose con eso un retardo evidente  del progreso, cuando por la solidaridad hace muchos miles de años que habría esclavizado a la naturaleza.
El desconocimiento del interés común a todos los hombres, esto es, el desconocimiento de la solidaridad, hace que cada hombre vea en otro hombre  un competidor al que es necesario vencer  para poder vivir. El rico vive del pobre; pero a su vez teme a los demás ricos que pueden arruinarle para enriquecerse más. El pobre, por su parte, ve en cada recién nacido una boca más que va a mermar  la porción de pan que le permite comer el rico  y en cada pobre un enemigo que puede alquilarse por menos precio y dejar sin pan a él y a su familia.
…En vez de ver en cada pobre un concurrente molesto, una boca más con la cual hay que compartir las migajas que despreciativamente nos dan los ricos como salario, debemos pensar que es nuestro hermano; debemos hacerle comprender que nuestro interés es el suyo, y que en la lucha contra las clases dominadoras debemos estar juntos. ¿Hay una huelga? El interés de todos es ayudar a los que están en huelga. Alquilarse en lugar del huelguista  es una traición al interés común de los pobres, porque se ayuda con eso a las clases opresoras  a no conceder nada a las clases oprimidas. Alquilarse por menos de lo que gana otro trabajador, es, igualmente una traición, porque se hace ganar más al rico  y se empeora la condición de la clase trabajadora con la rebaja de los salarios.
Hay que considerar como un mal que se hace a todos, el mal que se hace a un trabajador.
El la Revolución que se acerca, el trabajador mexicano debe mostrarse solidario. Unido fuertemente a los demás trabajadores podrá dar a la Revolución el grito que desee  y que esté de acuerdo con su interés. Toma de posesión de la tierra, aumento de los salarios y disminución de las horas de trabajo, junto con la educación, serán las primeras conquistas  preparatorias de la gran batalla final que quitará de las manos de unos cuantos  lo que se necesita para la producción de la riqueza y su distribución.  Pero, hay que entenderlo bien: eso sólo se conseguirá si la Revolución se hace con ese propósito. Mas si desviados los proletarios, hacen la revolución solamente para darse el lujo de tener un nuevo Presidente, o lo que es lo mismo, un nuevo amo, deben entender que no conseguirán, con eso, el alivio de la miseria, ni el acercamiento al ideal  de Libertad, Igualdad y Fraternidad que debe vivir en el corazón  de todo hombre y de toda mujer.



(Del Periódico “Regeneración”, 29 de Octubre de 1910)




Ricardo Flores Magón.
Artículos Políticos. 1910
Ediciones Antorcha.


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lunes, 14 de septiembre de 2009

LA LIBERTAD DE ELEGIR





16 DE SEPTIEMBRE DE 1910

(Fragmento)

Compañeros:

Un recuerdo glorioso y una aspiración santa nos congrega esta noche. Cada vez más claro, según el tiempo avanza; cada vez más definido, según pasan los años, vemos aquel acto grandioso, aquel acto inmortal llevado a cabo por un hombre que en los umbrales de la muerte, cuando su religión le mostraba el cielo, bajó la vista hacia la tierra, donde gemían los hombres bajo el peso de las cadenas, y no quiso irse de esta vida , no quiso decir su eterno adiós a la humanidad sin antes haber roto las cadenas y transformado al esclavo en hombre libre.

Yo gusto de representarme el acto glorioso. Veo con los ojos de mi imaginación la simpática figura de Miguel Hidalgo. Veo sus cabellos blanqueados por los años y por el estudio, flotar el aire: veo el noble gesto del héroe iluminar el rostro apacible de aquel anciano. Lo veo, en la tranquilidad de su aposento, ponerse repentinamente en pie y llevar la mano nerviosa a la frente. Todos duermen, menos él. La vida parece suspendida en aquel pueblo de hombres cansados por el trabajo y la tiranía; pero Hidalgo vela por todos. Veo a Hidalgo lanzarse a la cabeza de media docena de hombres para someter a un despotismo sostenido por muchos miles de hombres. Con un puñado de valientes llega a la cárcel y pone en libertad a los presos; va a la iglesia después y congrega al pueblo, y, al frente de menos de cincuenta hombres, arroja el guante al despotismo.

Este fue el principio de la formidable rebelión cuyo centenario celebramos esta noche; este fue el comienzo de la insurrección que, si algo puede enseñarnos, es a no desconfiar de la fuerza del pueblo, porque precisamente fueron sus autores los que aparentemente son los más débiles. No fueron los ricos los que rodearon a Hidalgo en su empresa de gigante: fueron los pobres, fueron los desheredados, fueron los parias, los que amasaron con su sangre y con sus vidas la gloria de Granaditas, la tragedia de Calderón y la epopeya de las Cruces.

Los pobres son la fuerza, no porque son pobres, sino porque son el mayor número. Cuando los pueblos tengan la conciencia de que son más fuertes que sus dominadores, no habrá más tiranos.

Proletarios: la obra de la Independencia fue vuestra obra; el triunfo contra el poderío de España fue vuestro triunfo; pero que no sirva este triunfo para que os echéis a dormir en brazos de la gloria. Con toda la sinceridad de mi conciencia honrada os invito a despertar. El triunfo de la Revolución que iniciasteis en Ayutla os dio la libertad política; pero seguís siendo esclavos, esclavos de ese moderno señor que no usa espada, no ciñe casco guerrero, ni habita almenados castillos, ni es héroe de alguna epopeya: sois esclavos de ese nuevo señor cuyos castillos son los Bancos y se llama el Capital.

Todo está subordinado a las exigencias y la conservación del Capital. El soldado reparte la muerte en beneficio del Capital; el juez sentencia a presidio en beneficio del Capital; la máquina gubernamental funciona por entero, exclusivamente en beneficio del capital; el Estado mismo, republicano o monárquico, es una institución que tiene por objeto exclusivo la protección y salvaguardia del Capital. El Capital es el dios moderno a cuyos pies se arrodillan y muerden el polvo los pueblos todos de la tierra. Ningún dios ha tenido mayor número de creyentes ni ha sido tan universalmente adorado y temido como el Capital, y ningún dios, como el Capital, ha tenido en sus altares mayor número de sacrificios.

El dios Capital no tiene corazón ni sabe oír. Tiene garras y tiene colmillos. Proletarios, todos vosotros estáis entre las garras y colmillos del Capital; el Capital os bebe la sangre y trunca el porvenir de vuestros hijos. Si bajáis a la mina, no es para haceros ricos vosotros sino para hacer ricos a vuestros amos; si vais a encerraros por largas horas en esos presidios modernos que se llaman fábricas y talleres, no es para labrar vuestro bienestar ni el de vuestras familias: es para procurar el bienestar de vuestros patrones; si vais a la línea de ferrocarril a clavar rieles, no es para que viajéis vosotros, sino vuestros señores; si levantáis con vuestras manos un palacio, no es para que lo habiten vuestra mujer y vuestros hijos, sino para que vivan en él los señores del Capital. En cambio de todo lo que hacéis, en cambio de vuestro trabajo, se os da un salario perfectamente calculado para que apenas podáis cubrir las más urgentes de vuestras necesidades, y nada más.

El sistema de salario os hace depender, por completo, de la libertad y el capricho del Capital. No hay más que una sola diferencia entre vosotros y los esclavos de la antigüedad, y esa diferencia consiste en que vosotros tenéis la libertad de elegir vuestros amos.


Ricardo Flores Magón

Discuros

Ediciones Antorcha.


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jueves, 10 de septiembre de 2009

PRETENDE EL GOBIERNO AUMENTAR IMPUESTOS



DISCURSO
(Fragmento)

Dejemos ya de apretarnos las manos y de preguntar angustiados qué será bueno hacer para contrarrestar las embestidas de la tiranía de los Gobiernos y de la explotación de los capitalistas. El remedio está en nuestra mano: unámonos todos los que sufrimos el mismo mal. Seguros de que ante nuestra solidaridad se estrellarán los abusos de los que fundan su fuerza en nuestra desunión y en nuestra indiferencia.
Los tiranos no tienen más fuerza que la que les damos nosotros mismos con nuestra indiferencia. No son los tiranos los culpables de nuestros infortunios, sino nosotros mismos. Preciso es confesarlo: si el burgués nos desloma en el trabajo y exige de nosotros hasta la última gota de sudor, ¿a qué se debe ese mal sino a nosotros mismos, que no hemos sabido oponer a la explotación burguesa nuestra rebeldía? ¿Cómo no ha de oprimirnos el gobierno cuando sabe que una orden suya, por injusta que ella sea y que lastime nuestra dignidad de hombres, es acatada por nosotros con la vista baja, sin murmurar siquiera, sin un gesto que haga constar nuestro descontento y nuestra cólera? ¿Y no somos nosotros mismos, los desheredados, los oprimidos, los pobres, los que nos prestamos a recibir de las manos de nuestros opresores el fusil destinado a exterminar a nuestros hermanos de clase, en los raros momentos en que la mansedumbre y la habitual indiferencia ceden su puesto a las explosiones del honor y del decoro? ¿No salen de nuestras filas, de la gran masa proletaria, el polizonte y el mayordomo, el carcelero y el verdugo?
Somos nosotros, los pobres, los que remachamos nuestras propias cadenas, los causantes del infortunio propio y de los nuestros. El anciano que tiende la mano temblorosa en demanda de un mendrugo; el niño que llora de frío y de hambre; la mujer que ofrece su carne por unas cuantas monedas, son hechura nuestra, a nosotros nos deben su infortunio, porque no sabemos hacer de nuestro pecho un escudo; y nuestras manos, acostumbradas a implorar, son incapaces de hincarse, como tenazas, en el cuello de nuestros verdugos.
Discurso pronunciado en el Monte, California, en 1917.

Ricardo Flores Magón.
Discursos
Ediciones Antorcha
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