miércoles, 29 de julio de 2009

LAS RECOMENDACIONES QUE NOS HACE JESUS



CONSTRUIR LA PAZ ENMEDIO DE LA GUERRA

Luchar por la paz significa no sólo tomar una posición pacifista simple, sino integral. Esto pasa por cuestionar al sistema capitalista neoliberal, pero también nos interpela en el uso de la violencia como el único método para liberarnos o para enfrentar la injusticia. Vale la pena revisar seriamente el pensamiento de Gandhi y del propio Cristo, con respecto al papel de la no-violencia-activa, como alternativa para construir una sociedad no sólo donde quepan todos, sino en la cuál no se tenga que sacrificar a nadie para conservar la paz y el orden.

En este sentido, los cristianos no deben olvidar de seguir al píe de la letra las recomendaciones que nos hace Jesús: no matarás, amar al enemigo, no estar apegado a nuestras propiedades y por último, devolver bien por mal. Cosas que Gandhi y otros luchadores no violentos lo llevaron a la práctica hasta sus últimas consecuencias, esto no es una referencia al margen, mucho menos cursilería de pacifistas o estupidez política inviable. Estas recomendaciones, son el único camino para librarnos del uso de la violencia como la única salida para restaurar el orden, la paz y la justicia. Jesús, nos ofrece el camino aparentemente menos lógico, racional e ineficaz del amor hacia la humanidad, que se expresa claramente a través de la no violencia.

Por eso, los humildes y sencillos son los más abiertos a este mensaje, ya que ellos han vivido en carne propia la violencia que se ejerce a través de la guerra.

La no-violencia, nos invita a estar del lado de las victimas generadas por cualquier sistema, gobierno, sociedad o comunidad. Jesús nos llama a ser sus defensores aunque en ello tengamos que recorrer su propio camino. Y la pregunta que Dios nos hará al final de nuestra existencia será: ¿De que lado estuvimos? ¿A quién defendimos? ¿Por quien optamos? Preguntas a las que los poderosos no podrán evadir ni ahora ni al final de su vida.


Obispo Samuel Ruiz

Construir la paz en medio de la guerra.

Ensayo completo en: http://www.eumed.net/libros/2005/cipaz/2g.htm

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UNA CARICIA VAGA


OCEANICA


El mar lleno de urgencias masculinas
bramaba alrededor de tu cintura,
y como brazo colosal, la oscura
ribera te amparaba. En tus retinas,

y en tus cabellos, y en tu astral blancura,
rieló con decadencias opalinas,
esa luz de las tardes mortecinas
que en el agua pacífica perdura.

Palpitando los ritmos de tu seno,
hinchóse en una ola el mar sereno,
para hundirte en sus vértigos felinos.

Su voz te dijo una caricia vaga,
y al penetrar entre los muslos finos,
la onda se aguzó como una daga.

Leopoldo Lugones
El mar es una llama. Antología poética del mar
Editorial Planeta.
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lunes, 27 de julio de 2009

¿Y LOS SUEÑOS QUE TUVO?


SOBRE LA TUMBA DE UN OSCURO LADRÓN

…En su equipaje se encontraron , entre otras cosas, varias botellas de vino, dos paquetes de cigarrillos americanos, un pequeño telescopio, algunos libros y un cofrecillo repleto de dinero. A pesar de que la encargada del hotel…declaró que se trataba de un hombre apacible, la policía pudo comprobar que el hoy occiso tenía antecedentes penales.
La Prensa.



Malo no fue; ni demasiado bueno.
Le gustaban los libros, las estrellas,
y tener el bolsillo siempre lleno;

evitaba de fijo las querellas
que pudieron surgir a su camino,
pues nunca se le vio metido en ellas;

fumaba cigarrillos, y en el vino
supo buscar momentos de alegría,
aplazando el rigor de su destino.

Y ésa es toda su pobre biografía,
la cual agrega sólo unos renglones
con datos que brindó la policía.

¿Y los sueños que tuvo? ¿Y las canciones
que sin duda cantaba entusiasmado
en las más señaladas ocasiones?

Nada importa. La llave del candado
que cerraba su caja de caudales
es la herencia total de su pasado.
Lo demás –las hazañas laterales
cuyo rastro ligero se ha perdido-
no merece constancias especiales,
ni resiste la saña del olvido.

Jaime García Terrés
De piedra en piedra
Conaculta.
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jueves, 23 de julio de 2009

CON CALDERON, 6 MILLONES DE NUEVOS POBRES: SUMAN 80



PRIMERA DAMA.

(Fragmento)

-Mi marido dice que son tonterías mías –pensaba-; pero lo que quiere es que yo sólo me esté en la casa, matándome como antes. Y eso sí que no se va a poder. Los otros le tendrán miedo, pero yo no. Si no le hubiera ayudado cuando estábamos bien fregados, todavía. ¿Y por qué no voy a recitar, si me gusta? El hecho de que él sea ahora el Presidente, en vez de ser un obstáculo debería hacerlo pensar que así le ayudo más. Y es que los hombres, sean presidentes o no, son llenos de cosas. Además, yo no voy a andar recitando en cualquier parte como una loca sino en actos oficiales o en veladas de beneficiencia. Sí pues, no tiene nada de malo.

No tenía nada de malo. Terminó de bañarse. Entró en su dormitorio. Mientras se peinaba, vio en el espejo, detrás de ella, los estantes llenos de libros en desorden. Novelas. Libros de poesía. Pensó en algunos y en los muchos que le gustaban. Antologías de las mil mejores poesías universales, titanes y recitadores sin maestro en los que había señalado con papelitos los poemas más bellos. Reír llorando, La cabeza del rabí, ¡Trópico!, A una madre. Dios mío, de dónde sacaban tanto tema. Pronto ya no iban a caber los libros en la casa. Pero aunque uno no los leyera todos, eran la mejor herencia.

Sobre el tocador tenía varios ejemplares del programa de esa noche. Si se animara a dar un recital ella sola. Hasta ahora no había organizado ninguno, por modestia. Sabía, sin embargo, que de cualquier manera ella era la figura principal.

Esta vez se trataba de una velada preparada algo a la carrera para el Desayuno Escolar. Alguien había notado que los niños de las escuelas andaban medio desnutridos, y que algunos se desmayaban a eso de las once, tal vez cuando el maestro estaba en lo mejor. Al principio lo atribuyeron a indigestiones, más tarde a una epidemia de lombrices (Salubridad) y solo al final, durante una de sus frecuentes noches de insomnio, el Director General de Educación, nebulosamente, sospechó que podrían ser casos de hambre.

Cuando el Director General convocó a un buen número de padres de familia, la mayoría se indignó de viva voz ante la suposición de que fueran tan pobres, y por orgullo frente a los demás ninguno estuvo dispuesto a aceptarlo. Pero en cuanto se disolvió la reunión, varios de ellos, individualmente, se acercaron al Director y reconocieron que en ocasiones –no siempre, claro- mandaban a sus hijos a la escuela sin nada en el estómago.

El Director se asustó al confirmar su sospecha y decidió que era necesario hacer algo pronto. Por fortuna recordó que el Presidente había sido su compañero de colegio y dispuso ir a verlo cuanto antes. No se arrepintió. El Presidente lo recibió de lo más simpático, probablemente con mucha más cordialidad de la que hubiera desplegado desde una posición menos elevada. De manera que cuando él comenzó: “Señor Presidente…” se rió y le dijo “Déjate de babosadas de Señor Presidente y decime sin rodeos a lo que venís” y siempre riéndose lo obligó a sentarse, mediante una ligera presión en el hombro. Estaba de buenas. Pero el Director sabía que por más palmaditas que le diera ya no era lo mismo que en los tiempos en que iban juntos a la escuela, o sencillamente que hacía apenas dos años, cuando todavía se tomaron un trago con otros amigos en el Danubio. De todos modos, se veía que empezaba a sentirse cómodo en el cargo. Como él mismo dijera levantando el índice en una reciente cena en casa de sus padres, de sobremesa, ante la expectación general primero, y la calurosa aprobación después, de sus parientes y compañeros de armas: “Al principio se siente raro; pero uno se acostumbra a todo”.

-Pues sí, ¿qué te trae por acá? –insistió-. Apuesto a que ya tenés líos en el Ministerio.

-Bueno, si querés saber la verdad, sí

-¿Verdá? –dijo triunfante el Presidente, aprobando su propia sagacidad.

-Pero, si me lo permitís, , no vengo a eso; otro día te cuento. Mirá, para no quitarte el tiempo, te lo voy a decir de una vez. Fíjate que ha habido varios casos de niños que se desmayan de hambre en las escuelas y yo quisiera ver qué podemos hacer.- Prefiero decírtelo a vos de una vez porque si no es la bruta andar de aquí para allá . Además, mejor te lo cuento yo porque no faltará quien te venga a decir que no hago nada. Mi idea es que me autoricés para tratar de conseguir algo de dinero y fundar una especie de Gota de Leche semioficial.

-¿No te me estarás volviendo comunista, vos?- lo detuvo él soltando una carcajada. Aquí sí que se echaba de ver su excelente humor de ese día. Los dos se rieron mucho. El Director le advirtió en broma que tuviera cuidado porque estaba leyendo un librito sobre marxismo, a lo que él repuso sin dejar de reírse que no se lo fuera a ver el Director de Policía porque lo podía joder. Después de cambiar aún otras frases ingeniosas alrededor del mismo tema, él le dijo que le parecía bien, que fuera viendo a quién le sacaba la plata, que dijera que él estaba de acuerdo y que quizá la UNICEF podía dar un poco más de leche. “Los gringos tienen leche como la chingada” afirmó por último, poniéndose de pie y dando por terminada la entrevista.

-Ah, y mirá – añadió cuando ya el Director se encontraba en la puerta-: si querés háblale a mi señora para que te ayude; a ella le gustan esas cosas.

El Director le dijo que estaba bueno y que le iba a hablar enseguida.

No obstante, esto más bien lo deprimió, porque no le agradaba trabajar con mujeres. Peor de funcionarios. La mayoría eran raras, vanidosas, difíciles, y uno tenía que andarse todo el tiempo con cortesías, preocupándose de que estuvieran siempre sentadas y poniéndose nervioso cuando por cualquier circunstancia había qué decirles que no.

Augusto Monterroso

Obras completas (y otros cuentos)

Ediciones Era.


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CIEN AÑOS DE ONETTI (2)


ARGUEDAS

Yo estabas regresando a Montevideo, al cabo de un viaje. De dónde venía , no recuerdo, pero sí recuerdo que en el avión había leído El zorro de arriba y el zorro de abajo, la novela final de José María Arguedas.

Arguedas había empezado a escribir ese adiós a la vida el día que decidió matarse, y la novela era su largo y desesperado testamento . Yo la leí y le creí, desde la primera página le creí: aunque no conocía a ese hombre, le creí como si fuera mi siempre amigo.

En El Zorro, Arguedas había dedicado a Onetti el más alto elogio que un escritor pueda brindar a otro escritor: había escrito que estaba en Santiago de Chile, pero que en realidad quería estar en Montevideo, para encontrarse con Onetti y apretarle la mano con que escribe.

En casa de Onetti, se lo comenté. El no sabía. La novela recién publicada, no había llegado todavía a Montevideo. Se lo comenté, y Onetti quedó callado. Hacía bien poco que Arguedas se había partido la cabeza de un balazo.

Los dos estuvimos mucho tiempo, minutos o años, en silencio. Después yo dije algo, pregunté algo , y Onetti no contestó. Entonces alcé los ojos y le vi aquel tajo de humedad que le atravesaba la cara.

Eduardo Galeano

El libro de los abrazos

Editorial Siglo XXI.


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miércoles, 22 de julio de 2009

CIEN AÑOS DE ONETTI


LA NOVIA ROBADA
(Fragmento)

Había entonces tantos médicos nuevos y mejores en Santa María, pero la vasquita, Moncha Insaurralde, casi enseguida de su regreso de Europa, antes de la clausura entre los muros, llamó por teléfono al doctor Díaz Grey, pidió consulta, trepó una siesta los dos tramos de escalera y sonrió estupidizada, sin aliento, la mano apretada contra el pecho para levantar la teta izquierda y apoyarla donde sobre ella creía tener el corazón, excesivamente próxima al hombro.
Dijo que iba a morirse, dijo que iba a casarse. Estaba o era tan distinta. El inevitable Díaz Grey trató de recordarla, algunos años atrás, cuando la huída de Santa María, del falansterio, cuando ella creyó que Europa garantizaba, por lo menos, un cambio de piel.
-Nada, no hay síntomas- dijo la muchacha-. No sé por qué vine a visitarlo. Si estuviera enferma hubiera ido a ver un médico de verdad. Perdóneme. Pero algún día sabrá que Usted es más que eso. Mi padre fue amigo suyo. Tal vez haya venido por eso.
Se levantó flaca y pesada, balanceándose sin coquetería, empujando con resolución envejecida al cuerpo disparejo .
“Una todavía linda potranca, yegua de pura sangre, con sobrecañas dolorosas”, pensó el médico. “Si pudiera lavarte la cara y auscultarla, nada más que eso, tu cara invisible debajo del violeta, el rojo, el amarillo, las rayitas negras que te alargan los ojos sin intención segura o comprensible”
“Si pudiera verte otra vez desafiando la imbecilidad de Santa María, sin defensa ni protección ni máscara, con el pelo mal atado en la nuca, con el exacto ingrediente masculino que hace de una mujer, sin molestia, una persona. Eso inapresable, ese cuarto o quinto sexo que llamamos una muchacha”.
“Otra loca, otra dulce y trágica loquita, otra Julita Malabia en tan poco tiempo y entre nosotros, también justamente en el centro de nosotros y no podemos hacer más que sufrirla y quererla”.
Avanzó hasta el escritorio mientras Díaz Grey se desabrochaba la túnica y encendía un cigarrillo; abrió la cartera boca abajo para derramar todo y algún tubo, algún fetiche femenino rodó sin prisa. El médico no miró: sólo le veía, quería verle la cara.
Ella apartó billetes, los barajó con un gesto de asco y los puso junto al codo del médico.
“Loca, sin cura, sin posibilidad de preguntas”
-Pago- dijo Moncha-. Pago para que me recete, me cure, repita conmigo: me voy a casar, me voy a morir.
Sin tocar el dinero, sin rechazarlo, Díaz Grey se puso de pie, se arrancó la túnica, tan blanca, tan almidonada y miró el perfil crispado, la grosera pintura que cambiaba ahora, contra la luz del ventanal, sus asombrosas combinaciones de color.
-Usted se va a casar- recitó dócil.
-Y me voy a morir.
-No es diagnóstico
Ella sonrió brevemente, recuperando la adolescencia, mientras volvía a llenar la cartera. Papeles, carnets, joyas, perfume, papel higiénico, una polvera dorada, caramelos, pastillas, un bizcocho mordido, acaso algún sobrecito arrugado, mustio por el tiempo.
-Pero no alcanza, doctor. Tiene que venir conmigo. Tengo el coche abajo. Es cerca, estoy viviendo, unos días o siempre, no se sabe quién gana, en el hotel.
Díaz Grey fue y vio como un padre. Mientras miraba el secreto acarició distraído la nuca inquieta de Moncha; le rozó los codos, tropezó sus ademanes contra un pecho.
Vio, Díaz Grey, la décima parte de lo que hubiera visto y podido explicar una mujer. Sedas, encajes puntillas, espuma sinuosa sobre la cama.
-¿Comprendes ahora?- dijo la mujer sin preguntar-. Es para mi vestido de novia. Marcos Bergner y el Padre Bergner- se rió mirando la blancura encrespada en la colcha oscura-. Toda la familia. El Padre Bergner me va a casar con Marquitos. Todavía no fijamos la fecha.
Díaz Grey encendió un cigarrillo mientras retrocedía. El cura había muerto en sueños dos años antes; Marcos había muerto seis meses atrás, después de comida y alcohol, encima de una mujer. Pero, pensó, nada de aquello tenía importancia. La verdad era lo que aún podía ser escuchado, visto, tocado acaso. La verdad era que Moncha Insaurralde había vuelto de Europa para casarse con Marcos Bergner en la catedral, bendecida por el cura Bergner.
Aceptó y dijo, acariciándole la espalda:
-Sí, es cierto. Yo estaba seguro.
Moncha se puso de rodillas para besar los encajes, suave y minuciosa.
-Allá no pude ser feliz. Lo arreglamos por carta.
Era imposible que toda la ciudad participara en el complot de mentira o silencio.

Juan Carlos Onetti.
Tan triste como ella y otros cuentos
Grijalbo Mondadori.
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martes, 21 de julio de 2009

ESTOS PEJES


EL AJOLOTE

Acerca del ajolote solo dispongo de dos informaciones dignas de confianza. Una: el autor de las Cosas de la Nueva España; otra: la autora de mis días.
¡Simillima mulieribus!, exclamó el atento fraile al examinar detenidamente las partes idóneas en el cuerpecillo de esta sirenita de los charcos mexicanos.
Pequeño lagarto de jalea. Gran gusarapo de cola aplanada y orejas de pólipo coral. Lindos ojos de rubí, el ajolote es un lingam de transparente alusión genital. Tanto, que las mujeres no deben bañarse sin precaución en las aguas donde se deslizan estas imperceptibles y lucias criaturas. (En un pueblo cercano al nuestro, mi madre trató a una señora que estaba mortalmente preñada de ajolotes)
Y otra vez Bernardino de Sahagún: “…y es carne delgada muy más que el capón y puede ser de vigilia. Pero altera los humores y es mala para la continencia. Dijéronme los viejos que comían axolotl asados que estos pejes venían de una dama principal que estaba con su costumbre, y que un señor de otro lugar la había tomado por fuerza y ella no quiso su descendencia, y que se había lavado luego en la laguna que dicen Axoltitla, y que de ahí vienen los acholotes”
Sólo me queda agregar que Nemilov y Jean Rostand se han puesto de acuerdo y señalan a a la ajolota como el cuarto animal que en todo el reino padece el ciclo de las catástrofes biológicas más o menos menstruales.
Los tres restantes son la hembra del murciélago, la mujer, y cierta mona antropoide.


Juan José Arreola
Bestiario
Editorial Planeta.

LA INUTILIDAD DOMESTICA DEL ESPOSO


EL MARIDO PERFECTO

Era un marido perfecto: nunca recogía nada del suelo, ni apagaba la luz ni cerraba una puerta. En la oscuridad de la mañana, cuando faltaba un botón en la ropa, ella le oía decir: “Uno necesitaría dos esposas: una para quererla y otra para que le pegue los botones”. Todos los días, al primer trago de café, y a la primera cucharada de sopa humeante, lanzaba un aullido desgarrador que ya no asustaba a nadie, y enseguida un desahogo: “el día que me largue de esta casa ya sabrán que habrá sido porque me aburrí de andar siempre con la boca quemada”. Decía que nunca se hacían almuerzos tan apetitosos y distintos como los días en que él no podía comerlos por haberse tomado un purgante, y estaba tan convencido de que era una perfidia de la esposa, que terminó por no purgarse si ella no se purgaba con él.
Hastiada de su incomprensión, ella le pidió un regalo insólito en su cumpleaños: que hiciera él por un día los oficios domésticos. El aceptó divertido y en efecto tomó posesión de la casa desde el amanecer. Sirvió un desayuno espléndido pero olvidó que a ella le caían mal los huevos fritos y no tomaba café con leche. Luego impartió las instrucciones para el almuerzo de cumpleaños con ocho invitados y dispuso el arreglo de la casa, y tanto se esforzó por hacer un gobierno mejor que el de ella, que antes del mediodía tuvo que capitular sin un gesto de vergüenza. Desde el primer momento se dio cuenta de no tener la menor idea de dónde estaba nada, sobre todo en la cocina, y las sirvientas le dejaron revolverlo todo para buscar cada cosa, pues también ellas jugaron al juego. A las diez no se habían tomado decisiones para el almuerzo porque todavía no estaba terminada la limpieza de la casa ni el arreglo del dormitorio, el baño se quedó sin lavar, olvidó poner el papel higiénico, cambiar las sábanas, y mandar al cochero a buscar los hijos, y confundió los oficios de las criadas: ordenó a la cocinera que arreglara las camas y puso a cocinar a las camareras. A las once, cuando ya estaban a punto de llegar los invitados, era tal el caos en la casa, que Fermina Daza reasumió el mando, muerta de risa, pero no con la actitud triunfal que hubiera querido, sino estremecida de compasión por la inutilidad doméstica del esposo. Él respiró por la herida con el argumento de siempre: “Al menos no me fue tan mal como te iría a ti tratando de curar enfermos”. Pero la lección fue útil, y no sólo para él. En el curso de los años ambos llegaron por distintos caminos a la conclusión sabia de que no era posible vivir juntos de otro modo ni amarse de otro modo: nada en este mundo era más difícil que el amor.

Gabriel García Márquez
El amor en los tiempos del cólera
Editorial Diana.
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lunes, 20 de julio de 2009

ALABADO SEA


TUAREG
(Fragmento)

Ocurrió, y de esto hace muchos años, que dos poderosas familias, los Zayed y los Atman, se odiaban de tal modo que la sangre de unos y de otros había sido vertida en tantas ocasiones que sus vestiduras e incluso su ganado podrían haberse teñido de rojo de por vida. Y sucedió que habiendo sido un joven Atman el último caído, estaban estos ansiosos de venganza.
Ocurría también entre las dunas donde tu dormiste, no lejos de la tumba del Santón Omar Ibrahím, acampaba una jaima de los Zayed, pero en ella habían muerto ya todos los hombres y tan solo se encontraba habitada por una madre y su hijo, que vivían tranquilos, ya que incluso para aquellas familias que tanto se odiaban, atacar a una mujer seguía siendo algo indigno.
Pero ocurrió que una noche aparecieron sus enemigos, y tras maniatar a la pobre madre que gemía y lloraba, se llevaron al pequeño con el propósito de enterrarlo vivo en una de las dunas.
Fuertes eran las ligaduras, pero sabido es que nada es más fuerte que el amor de madre, y la mujer logró romperlas, pero cuando salió al exterior ya todos se habían ido, y no distinguió más que un infinito número de altas dunas, por lo que se lanzó de una a otra escarbando aquí y allá, gimiendo y llamando, sabiendo que su hijo se asfixiaba por momentos y ella era la única que podía salvarlo.
Y así le sorprendió el alba.
Y así siguió un día, y otro, y otro, porque la Misericordia de Alá le había concedido el bien de la locura para que de este modo sufriera menos al no comprender cuánta maldad existe en los hombres.
Y nunca más volvió a saberse de aquella infortunada mujer, y cuentan que de noche su espíritu vaga por las dunas, no lejos de la tumba del Santón Omar Ibrahím, y aún continúa con su búsqueda y sus lamentaciones, y cierto debe ser, ya que tú, que allí dormiste sin saberlo, te encontraste con ella.
Alabado sea Alá, el Misericordioso, que te permitió salir con bien y continuar tu viaje, y que ahora te reúnas aquí, con nosotros, al amor del fuego.
Alabado sea.


Alberto Vázquez-Figueroa
Tuareg
ABC, S.L.
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domingo, 19 de julio de 2009

VUESTRO ES EL REINO DE LOS CIELOS MIOS

EL HIGADO DE DIOS




Excomulgado fue por defender
El hígado de Dios
ROQUE DALTON

Dios padre / campechano
en el estilo de juan veintitrés
dijo / dejad que los excomulgados
vengan a mi / dejadlos

abortistas / herejes
adúlteros o gays
marxistas / sacerdotes casados
guerrilleros
venid a mi / libérrimos
vuestro es el reino
de los cielos míos

en cierto modo debo compensaros
por los vejámenes sin cuento
por los agravios con encíclica
que os vienen infligiendo
mis vicarios

desde la inquisición
me duele el hígado

venid excomulgados
hijos míos.


Mario Benedetti.
Inventario II
Alfaguara
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viernes, 17 de julio de 2009

¿DEBE EL EJERCITO REGRESAR A LOS CUARTELES?



LA PARTE DEL LEON.

La Vaca, la Cabra y la paciente Oveja se asociaron un día con el León para gozar alguna vez de una vida tranquila, pues las depredaciones del monstruo (como lo llamaban a sus espaldas) las mantenían en una atmósfera de angustia y zozobra de la que difícilmente podían escapar como no fuera por las buenas.

Con la conocida habilidad cinegética de los cuatro, cierta tarde cazaron un ágil Ciervo (cuya carne por supuesto repugnaba a la Vaca, a la Cabra y a la Oveja, acostumbradas como estaban a alimentarse con las hierbas que cogían) y de acuerdo con el convenio dividieron el vasto cuerpo en partes iguales.

Aquí, profiriendo al unísono toda clase de quejas y aduciendo su indefensión y extrema debilidad, las tres se pusieron a vociferar acaloradamente, confabuladas de antemano para quedarse también con la parte del León, pues, como enseñaba la Hormiga, querían guardar algo para los días duros del invierno.

Pero esta vez el León ni siquiera se tomó el trabajo de enumerar las sabidas razones por las cuales el Ciervo le pertenecía a él sólo, sino que se las comió allí mismo de una sentada, en medio de los largos gritos de ellas en que se escuchaban expresiones como Contrato Social, Constitución, Derechos Humanos, y otras igualmente fuertes y decisivas.

Augusto Monterroso

La oveja negra y demás fábulas

Editorial Era.


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jueves, 16 de julio de 2009

LO VAN A RECORDAR TODA SU VIDA


EL VUELO DEL AGUILA

(Fragmento)

“¡Esto sí vale la pena!”, decidí ante la inminente llegada del hombre a la luna, y les avisé a los niños al acostarlos:

-A medianoche los voy a despertar porque vamos a ver un acontecimiento histórico. Una nave espacial de verdad va a aterrizar en la luna y los astronautas bajarán para conocerla y averiguar si hay gente ahí.

-¿Qué es histórico? Preguntó Juanito desde su cama

-Pues algo tan importante que cambia el destino de la gente, como cuando Colón descubrió América ¿Se acuerdan que se los leí? Pues eso es un acontecimiento histórico –dije antes de apagarles la luz.

Y el Querubín llegó esa noche más temprano

-Imagínate, no solo descenderán y caminarán en la superficie de la Luna, sino que además los veremos en vivo. El Apolo está equipado con una poderosa cámara de televisión que transmitirá desde allá ¡no cabe duda que estos gringos son unos chingones…!

-¿Tú crees que lo logren? ¿Y si hay lunáticos en la Luna y matan a los astronautas creyendo que son invasores? En el salón de belleza una señora comentó que todo es pura propaganda de los gringos para convencer a los rusos de que van ganando la carrera espacial…

-Ya cállate, no me dejas oír…

-¡Mierda con…! Respondí en silencio mientras Miguelito Alemán y Jacobo Zabludovsky desde Cabo Cañaveral nos daban los pormenores del vuelo del Apolo XI y de sus jóvenes tripulantes, Edwin Eugene Aldrin, Neil Armstrong y Michael Collins

-Los tres astronautas han sido sometidos a un intenso y fatigoso adiestramiento bajo la tutela de la Nasa y el Departamento de Defensa norteamericano… han sido condicionados para soportar la presión psicológica y física del largo encierro al que están siendo sometidos, así como los peligros inherentes del viaje…

-¿Quieres cenar hot dogs o prefieres un sándwich?

El alunizaje en el Mar de la Tranquilidad ha sido calculado con toda precisión. El módulo lunar Aguila, impulsado por el cohete Saturno V, se posará suavemente y después de un tiempo de reconocimiento se abrirá la escotilla… Los astronautas llevan una placa para dejarla en la superficie lunar, que dice : Venimos en paz por toda la humanidad…

-Dos hot dogs y prepárame una cuba…

El manejo de un cohete requiere de avanzados conocimientos de astronomía, mecánica, navegación espacial, comunicación, computación y aeronáutica.

-¿Qué será eso de la computación, tú?

Pero el Querubín sólo se interesaba en Jacobo y en Miguelito

A las 17:42 el módulo Aguila se separó de la nave nodriza y a las 20:14 se posó suavemente y en las condiciones previstas en el Mar de la Tranquilidad…

Información detallada sobre los trajes espaciales, la alimentación de los astronautas, entrevistas con sus familias, en fin, que todavía tardaron varias cubas y más Miguelito y Jacobo hasta que, pasada la medianoche, y acercándose el momento en que los viajeros abrirían por fin la nave para asomarse a la Luna, me levanté

-Voy por los niños. Tienen que ver esto

-¿Para qué los despiertas? No van a entender nada…

-Aunque no entiendan, lo van a recordar toda su vida- y fui a despertarlos. Los cargué y los deposité junto a su padre en el sillón. Ellos, adormilados, se acurrucaron de inmediato bajo las alas de papá gallina desde donde Juanito preguntó:

-¿Por qué no salen de la nave?

Por fin a las 2:57 apareció la imagen borrosa de Neil Armstrong dentro de su pesado traje espacial. Con toda cautela imprimió la enorme suela de su bota sobre el polvo lunar:

-Este es un pequeño paso para el hombre y un salto gigante para la humanidad-, dijo, y un poco más confiado empezó a caminar. Cinco minutos más tarde lo siguió su compañero Edwin Aldrin

-No hay gravedad en la Luna- explicó el Querubín a los niños cuando los astronautas empezaron a saltar en la superficie del satélite, pero Juanito y Ander, ya repuestos del todo, jugaban a la guerra espacial usando como proyectiles los cacahuates que yo había puesto en la mesita. Volován saltaba nervioso persiguiendo los proyectiles mientras el Querubín y yo, con la respiración contenida, chinita la piel, seguíamos cada movimiento de los astronautas. Después de un rato, somnolientos y malhumorados, los niños empezaron a pelearse frente al perro que atento los miraba sin intervenir

-¡Niños, no se pierdan esto! Están siendo testigos de un momento importantísimo en la historia de la humanidad, por primera vez el hombre pone un pie en la Luna y…

-¿Cuál hombre?

-Pues los astronautas en representación de toda la humanidad

-¿Y nosotros cuándo vamos a ir a la Luna?

-Ya déjalos en paz, que se vayan a la cama

-Es más padre Señorita Cometa- dijo Juanito, y después de empinarse el último trago de Coca-Cola se fue a dormir seguido por Volován. Ander, acurrucado junto a su padre, se durmió junto al sillón,

-¿Tú crees que podrán volver sanos y salvos? Pero el Querubín, puro Miguelito y Jacobo, no respondió.

-Si todo sale bien, muy pronto los recién casados podrán irse de miel a la Luna- insistí; pero para no seguir hablando sola me arrodillé a recoger los cacahuates regados en el tapete y me fui a la cama.

Adela Celorio

Y en medio de nosotros la tele como un dios

Editorial Diana

NUESTROS CUERPOS SON


COMPAÑERA
(Fragmento)

Pero regresemos a esos días marplatenses en los que yo era un niño de ocho años y ella llegó a mi vida. Me la presentó el Tío Juan Carlos que la traía de la mano.
Tenía un cuerpo pequeño y armonioso, una cintura breve, un cuello alargado que se prolongaba en unos hombros redondos y suaves, y esa sonrisa sonora que me cautivó.
La primera vez que la tuve entre mis brazos, disfruté la sensación de inmortalidad que nos habita ante la plena felicidad. Ella, sensual y tímida a la vez, vibraba en cada caricia de mis dedos inexpertos pero suficientemente apasionados, como para provocarle suspiros y sonidos que anunciaban nuestro definitivo destino amoroso.
Como es natural a esa edad, nos juramos amor eterno y prometimos ser el uno para el otro, no traicionar nuestros sueños y anhelos. Y lo cumplimos.
Hoy, cincuenta años después de aquel encuentro, seguimos juntos luego de recorrer tanto mundo, tantas emociones a veces teñidas de tristeza, otras de esperanzadora alegría, pero siempre con una generosa y frontal actitud ante la vida.
Nuestros cuerpos son la prolongación de cada uno, nos habitamos mutuamente y seguiremos así hasta el final en que seremos “un solo difunto para no morir de dolor”.
Mi guitarra amada, mi compañera eterna, mi destino cierto y el más cumplido.

Carlos Díaz “Caíto”
CD “Corazón compartido (Relatos y canciones)”
Ediciones Pentagrama, S. A. de C.V.
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martes, 14 de julio de 2009

EL ATEMORIZADO VAQUERO


LA JEFA
(Fragmentos)


I
Marta Sahagún Jiménez o Marta de Fox ama desesperadamente los reflectores, los micrófonos y el protagonismo, y aquel 2 de julio de2001 tuvo conciencia de que la fotografía de su boda con Vicente Fox daría la vuelta al mundo. Por eso, previsora, la noche anterior pidió una cámara a la oficina del Centro de Producción y Programas Especiales de Presidencia, para retratar el famoso beso en la boca, que luego fue a los canales de televisión y a los medios gráficos. La misma que los mexicanos miraron con devoción como si fuera el final de una novela rosa de Televisa que les hizo olvidar por un buen rato las desilusiones que ya generaba Fox en sus votantes. El “cambio” tan esperado comenzaba a no sentirse, el ambiente político andaba algo convulsionado, la tan ansiada paz en Chiapas no llegaba, a pesar de la exitosa marcha zapatista por todo el país, y eso que el presidente había prometido resolver el conflicto en “15 minutos”; además, el toallagate, la escandalosa compra de menajes para la remodelación de Los Pinos, entre los que se contaban toallas de 80 dólares cada una, había hecho bajar la popularidad del guanajuatense, aunque no en términos preocupantes.
Esa misma foto alcanzaría a la prensa italiana. Terrible para Lillian, la ex esposa, y las hijas caminar por las calles de Roma mientras veían la imagen de su padre anclado a la boca de la mujer que más odiaban. Aunque en apariencia feliz, Vicente no podía eludir la culpa inmensa que tal acontecimiento le causaba cuando pensaba en sus hijas. Quizá por ello, un mes después del enlace, el grandote llamó a Lillian, a quien jamás dijo una palabra del asunto ni dio una explicación, ya que sólo Ana Cristina tuvo la “exclusiva” antes de su consumación.
—Sota, ¿cómo estás? —se identificó un atribulado presidente.
—Vicente, ¿qué paso, papá?, ¿qué pasó? —preguntó una estupefacta Lillian.
Un silencio mortal fue el preámbulo de la abrupta interrupción de la llamada que apenas comenzaba.
—No puedo hablar ahora, Sota, porque ahí viene Marta — concluyó el atemorizado vaquero.
II

Esa misma noche, durante la cena de homenaje, los periodistas ávidos y ansiosos se lanzaban sobre la diminuta mujer que apenas días antes era la misma que se sentaba frente a ellos, los llamaba “chicos” y les pedía que la interrogaran sobre la política y el gabinete.
La misma que cometía errores garrafales. La que off the record les hablaba de su amor por el presidente. La misma polémica y controvertida ex vocera que el gabinetazo foxista —por lo menos su gran mayoría— odiaba y temía. Por ahí andaba el psicólogo presidencial Ramón Muñoz, el que tenía como hobby “intervenir” los teléfonos de los miembros del gabinete y hasta el de Marta y el del mismísimo presidente. Al más puro estilo Don Corleone.
Personaje oscuro, ex seminarista, de ideas y prácticas de la ultraderecha católica, intrigante y controlador, detestaba a la flamante primera dama —sin embargo, había trabajado estrechamente con ella en Guanajuato—, a la que “supervisaba” en todo: en sus relaciones personales, laborales y familiares.
Y también Alfonso Durazo, ex vocero del asesinado candidato Luis Donaldo Colosio, que había abandonado el PRI para sumarse a la campaña foxista, ganándose la confianza del ranchero de Guanajuato. Tampoco era amigo de Marta, aunque pueden tranquilamente construir pactos temporales de convivencia. Ambos eran “el cerco” que muchas veces impedía que pudiera influir más en las decisiones políticas de su amado. Se decía en el círculo íntimo alrededor de Sahagún que ella no veía la hora de “sacárselos de encima” a los dos. Ese día disimuló todo lo que pudo y controló sus emociones como le enseñaron las monjas; los saludó sonriente mientras apretaba la mano del presidente.
—¡Tú ya no das conferencias...! —le espetó Vicente Fox, jalándola de un brazo cuando ella intentaba acercarse al lugar de los periodistas.

III

Para los jerarcas de la Iglesia católica mexicana, que veían en Vicente Fox la gran posibilidad de ingresar al poder perdido por culpa de una larguísima gestión de presidencias anticlericales, esta boda era un sacrilegio, una “irregularidad”, y no dejaron de levantar su báculo en señal de condena. Y junto a ellos, grupos minoritarios de ultras aportaron ideas: “Quien se separa de su esposa y se une a otra por las leyes civiles cae en estado de adulterio”, exclamo horrorizado Jorge Serrano, presidente de la organización derechista Provida. Sin embargo, la boda, según encuestas, tenía el respaldo mayoritario de los mexicanos, que en 75% la apoyaban.
—Cuando me enteré de la boda del presidente me sentí muy mal.
Estoy preocupado porque yo creo que la señora Mercedes [Quesada] debe estar peor. La señora seguro no acepta esta boda tan fácilmente. Ella es demasiado católica, —así se expresó desde Guanajuato el sacerdote, y amigo de la familia Fox desde hace más de 40 años, José Salazar.
“Ellos pueden participar de la Santa Misa, escuchar las Sagradas Escrituras, hacer obras de amor al prójimo y de justicia, tiene muchos caminos para su santificación. Por supuesto, están excluidos de la comunión eucarística que es la máxima expresión de la comunión en la Iglesia, pero no están excomulgados, ni la Iglesia los considera en pecado; son miembros de la Iglesia y el día que ellos reciban la sentencia de nulidad de sus respectivos matrimonios, entonces sólo así podrán pensar en segundas nupcias.” Fueron éstas las palabras del conservador cardenal primado de México Norberto Rivera. Vicente Fox Quesada se estremeció: más dependiente de las normas eclesiásticas que su nueva esposa, temía el castigo divino.
Es más, según quienes lo conocen bien, “temía y teme el infierno”.
Joaquín Navarro Valls, el vocero del Papa y miembro activo del Opus Dei, confirmó lo que a los ojos de cualquier católico era una condena del matrimonio, es decir, que la decisión de Fox de casarse por lo civil había causado en el reino de San Pedro “un cierto desconcierto”. Y sobre todo se encargó de desmentir rotundamente que hubiera alguna resolución favorable sobre la anulación matrimonial del presidente.

Olga Wornat
La Jefa
Grijalbo.
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lunes, 13 de julio de 2009

LA CENICIENTA DEL BAJIO


LA PAREJA
(Fragmento)

Señora de ambición y temple, Marta Sahagún pudo satisfacer sus caprichos y desmesura al lado de Vicente Fox.
No vivió un romance como Eva Duarte, que enamoró a Juan Domingo Perón desde el primer minuto. Lo vio de frente y le dijo en las gradas del Luna Park, en Buenos Aires: “Gracias por existir, coronel”. No necesitó la desmedrada actriz de sutilezas o algún ardid para atraer al militar. Le bastó su sonrisa, el cabello rubio, la gracia que desciende del cielo como un milagro.
Tiempo paciente le costó a Sahagún quedarse con Fox. Padeció un trato duro, reprimendas en público, humillaciones, pero resistió. Mundana, como no lo fue el ranchero que se hacía político, lo aventajaba en la vida. Fox no fue noviero, más que tibio con las mujeres y ella supo de los bailes desde jovencita (“Tuve novio desde los doce años en Zamora”). Además, Fox sufrió un matrimonio infértil (adoptaría cuatro niños) y ella tuvo tres hijos con su esposo Manuel Bribiesca.
Lino Korrodi, testigo de los ires y venires de Fox, de sus amigos y conocidos, describe a Sahagún como un ser mediocre. “Sin ánimo de desprestigiar”, no recuerda de ella algún mérito sobresaliente. Se cubría con una modestia que, hoy se sabe, ocultaba una ambición hasta literaria, historia de ficción cierta e irreal. Se vestía en la misma tienda que Lillian de la Concha, la esposa de Fox, “un poquito clase media” y si acaso lucía una joya pequeñita. Unido el pasado a su actual gloria palaciega, Rafael Rodríguez Castañeda la llamó en un texto periodístico: “la cenicienta del Bajío”.
Ya en plena campaña, Vicente la hizo su vocera y ella hizo sentir que era algo más que un cuadro político. Vicente, hombre espectáculo en ese entonces, se mantuvo sensible al que dirán y Marta, empeñada en mostrarse como mujer de Fox, respondió: que digan. Tiempo después, ya en los Pinos, Fox se dejó alcanzar y Marta lo condujo al registro civil.
Siguió la historia que mortifica: Fox aceptaba los estragos del tiempo y su esposa rejuvenecía en la costosa cirugía plástica y el maquillaje exquisito; Fox decaía política y humanamente y Sahagún se cubría de sedas y alhajas; Fox se declaraba demócrata y ella se le emparejaba y superaba, adalid de las mujeres. Primera dama, se hace llamar. Primera dama, expresión aristocrática, ofensiva.
Lino Korrodi no sale de su desencanto. Revive al Fox de los días de campaña y la voz se le hace amarga. Le gustaría que los sueños de entonces fueran los sueños de hoy y no la dramática enfermedad que abate al organismo completo del país.
Recuerda a Fox entusiasta, seductor. El fuego de la oratoria le empapaba la ropa, desencajaba el rostro y así se mostraba a todos, agotado y feliz. Fue un hombre que hizo visible la quimera. México se transformaría al un-dos de su paso enérgico, zancada de gigante. A riesgo de lo que fuera, castigaría a los corruptos y despejaría al horizonte de las nubes negras que anuncian sufrimiento. De las infamias en su contra, la lejanía de las mujeres en un varón tan atractivo, nada quedaba. Su valor civil destrozaba la mofa cruel.
“Siempre echado para delante –dice Korrodi-, yo vivía con orgullo mi amistad con Vicente. Me conmovía el trato con sus hijos, el celo por la familia, los valores de la intimidad. Cuánto lo quise, cuánto lo quisimos todos”

Julio Scherer García
La Pareja
Plaza Janés
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domingo, 12 de julio de 2009

EL MEJOR TOLOACHE



LA RESUCITADA

(Fragmento)

¿Existe control en los Pinos? ¿Puede ingresar un hombre y decir que es un obispo, cuando es un santero? ¿Qué dicen los registros?

Felipe Campos vive en un sucio y gastado apartamento ubicado a pocos minutos del Centro Histórico. Dice que es amigo de la primera dama desde la campaña electoral, tira las cartas, adivina el futuro y hace trabajos “buenos y malos”, dependiendo de los dólares que uno esté dispuesto a pagar. Es un sacerdote de la santería cubana que jura que alguna vez fue sacerdote, pero que abandonó “cansado de que sus pares le hicieran maldades”. Muestra fotografías, varias de ellas abrazado a Vicente y Martha en la campaña presidencial. Otras oficiando su rito en los Pinos. Advierto que uno de los retratos es reciente, por la fisonomía de la gobernante.

-¿El toloache? Yo fui quien le aconsejé a Martha que lo utilizara. Pobre señora, estaba desesperada y triste porque el presidente… no sabía qué hacer. Usted sabe, el hombre no le hacía caso, no le prestaba atención. Gracias a mí se casó con el presidente, porque él no quería. Ella empezó a dárselo en gotas durante las comidas y las bebidas. Y el hombre cambió. Ahora hace un tiempo que no me llama…

Ana Cristina y Paulina Fox viven preocupadas por el presente y futuro de su “progenitor”. Cada vez que le preguntan a Martha que es “eso” que pone en las comidas de su padre, ella responde “vitaminas”. Y las susodichas vitaminas viajan a todas partes , jamás faltan del necessaire del de la dama.

Un extenso artículo publicado el año pasado en La Revista de El Universal describe una parte del esoterismo que rodeó desde los inicios a Vicente Fox y a su dama. Rebeca Moreno Lara Barragán, una inquieta y ansiosa mujer de 33 años y abundante cabello rojo, es directora de logística y mano derecha de Martha. Fanática del ocultismo, se hace llamar “Kadoma Sing Ya”, que en la santería significa: “lo que siempre está vibrando”. Es amiga del famoso publicista Santiago Pando, el que aseguró que muchos de los spots de la campaña presidencial de Fox fueron “inspirados en el esoterismo” y un chamán dijo que debía llevar a Vicente Fox a su casa a filmar, porque en la misma había “una legión de ángeles”.

Rebeca acompaña a Gina en todos los rituales que se realizan en Los Pinos, pero como se detestan, algunas las vieron pelearse a gritos, Rebeca tiene como brujo de cabecera al cubano Jorge Berroa y Gina Morris a Felipe Campos. Y aquí es donde los intereses del más allá chocan como planetas en el espacio. Pero como de espiritualidad se trata, liman sus asperezas con indiferencia y se encargan de conseguir el mejor “toloache” para los brebajes vitamínicos que toma el presidente, pagan a los brujos y médium que la “Jefa” necesita, encienden el incienso en las cabañas para que espante las malas vibras, prenden velas, para el bien o para el mal, intrigan y conspiran contra todos los que presuponen “enemigos” o aquellos que los hechiceros aseguran que son peligrosos para Totis, como llaman a Martha en la intimidad.

Como Isabel Martínez de Perón, mejor conocida como Isabelita, aquella desopilante bailarina de cabaret que se casó con Perón en el exilio y tuvo de asesor privado a “El Brujo” López Rega –“Hermano Miguel” de una secta Umbanda- Martha tiene la suya: Gina Morris Montalvo.

Como José López Rega, que de cabo de policía fue ascendido a comisario general, gracias a sus poderes ocultos, se agradece que Morris Montalvo no dé un salto de la estrafalaria dirección a su cargo a una senaduría plurinominal.

Olga Wornat

Crónicas Malditas desde un México desolado

Grijalbo.


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sábado, 11 de julio de 2009

NI EN COJERA DE PERRO




DE LA CHINGA A LOS PINOS

(Fragmento)

El 1 de diciembre de 2004, el matrimonio religioso de la pareja Bribiesca-Sahagún fue anulado. Un día después de que se hizo pública la anulación (Reforma, 23 de febrero de 2004), Manuel Bribiesca Godoy consiguió una entrevista para esta investigación en los portales de Celaya, en la que dio su particular opinión sobre los 27 años que vivió con Martha Sahagún.

-¿Se casó enamorado?

-Muy, muy enamorado, me hubieras visto la cara.

-¿Qué fue lo que le gustó de ella?

- Todo, su manera de ser. Era una muchacha de 17 años, yo tenía 22. Todo era ideal. Éramos una muy buena pareja de pueblo. Era una muchacha muy bonita y yo no estaba tan mal en ese tiempo. El dicho dice ahora que “sin gordura no hay hermosura” –suelta la carcajada pues ahora luce muy robusto.

- Ahora todo es pasado, todo es historia, no la veo ni la he visto desde la separación (1998) más que en la boda de uno de mis hijos (Jorge Alberto). Nada más nos saludamos y ya.

-¿Usted ayudó a la familia de Martha en tiempos difíciles?

- Hicimos una sociedad con su hermano para adquirir el equipo de tomografía, participamos en sociedad y alguna vez que estuvo mala su mamá yo colaboré para la operación, intervención quirúrgica, pero bien, como hijo político.

- Al principio, la familia de Martha estaba muy bien económicamente y después se pusieron medio mal. Tenían propiedades y terrenos… lo que los llevó a una crisis fueron las malas administraciones y un hijo que gastaba de más (Guillermo Sahagún Jiménez).

- ¿Todavía como pareja fueron a la boda de su hijo menor Manuel (1996)?

- Sí, en San Miguel, pero los caballeros no tenemos memoria.

-¿Realmente procedía la anulación del matrimonio?

- Cuando ya no hay amor, ya no hay amor, no hay ningún vínculo que te una. Desgraciadamente hay muchísimas parejas y muchísimas mujeres que quisieran también la anulación de su matrimonio con causas justificadas y que no se les ha podido anular el matrimonio porque cuesta dinero. Tienes que poner abogado, porque tienes que ir a Roma y se ve una diferencia muy grande entre quién puede y quién no puede económicamente. Es una desgracia que no se le de oportunidad a todo el mundo de realizar de la misma manera las cosas y que tenga uno que meter el dinero para defenderte de algo, pues al final de cuentas el perdón está arriba, no está aquí en la tierra.

- ¿Había elementos para disolver el sacramento del matrimonio?

- Yo creo que no. Al final de cuentas, hubo declaraciones de varios de los hermanos de Martha, de los amigos de Martha, y de mi parte yo no puse ningún testigo, no me pidieron nada. Fue una decisión unilateral, por eso digo que todo lo que se ha manejado en el proceso del divorcio no fue con participación mía.

“Me dijeron que fuera con un abogado eclesiástico a pelear a Roma. No, el día que yo vaya a Roma será para disfrutar la ciudad.

La verdad es que el matrimonio se perdió cuando ella se fue a Guanajuato, simplemente decidió volar y voló, pero al final, yo no creo que haya habido una investigación de fondo por parte de la iglesia.

“Si hubiera sido el hombre que ella dice, ¿Tú crees que la hubiera dejado ir? La dejé porque cuando perdió las elecciones de Celaya, se quedó muy deprimida, no quería salir.

“Cuando nosotros nos casamos fue un matrimonio para toda la vida. Soy religioso, tengo mis principios religiosos bien definidos, pero ellos (Martha y la iglesia) lo han manejado con una cuestión que a mi me da lástima, por razones obvias. El pueblo de México es un pueblo con 90% de católicos. Que estén dando estas determinaciones a una sola persona no se vale.

“Yo pedía el expediente y no me lo prestaban. Al final de cuentas, la separación ya está dada. La separación física ya está dada. La cuestión religiosa debió tomarse con mucha más responsabilidad , más seriedad porque era la primera dama.

Martha se la pasaba muy bien, estaba muy bien vestida, muy bien arreglada, muy bien ubicada, no le faltaba nada nunca, trabajábamos los dos y la verdad creo que teníamos una posición social muy interesante. Respecto a que ahora lagrimee y todo eso, hay un dicho en el campo: “no creas en lágrimas de mujer ni en cojera de perro”.

Hubieron sus buenos momentos en 27 años de matrimonio. Yo creo que una mujer tan inteligente, tan decidida a sus cosas, ¿tú crees que si hubiera llevado una mala vida no me manda al procurador del estado o me hubiera levantado un acta ante el Ministerio Público?

“Si el que fue a gestionar todo fue Onésimo Cepeda (Obispo de Ecatepec); para mí, ni siquiera es una persona congruente con su manera de actuar y vivir. ¿Cuáles votos de pobreza? ¿Cuál recato? Onésimo fue el que empezó a gestionar las cosas”

-¿Sus hijos atestiguaron a favor de Martha Sahagún para conseguir la anulación?

-Yo estuve con mis hijos sábado y domingo (19 y 20 de febrero) conviviendo con ellos muy a gusto y no sabían nada. No creo que hayan participado como testigos en el proceso de la anulación eclesiástica del matrimonio. Los hijos no deben meterse en las cosas de sus padres.

“Ayer (el día en que salió a la luz pública la anulación del matrimonio religioso) me habló Manuel y me dijo que tampoco se había enterado; su madre no le había dicho nada. Yo creo que la anulación debió habérsele dado después de que hubiera pasado el período presidencial; hubiera sido más tranquilo, menos escandaloso.

“Yo pensé que la única forma en que anularían el matrimonio es porque me dieran aire, pero no lo hicieron, porque los muchachos se han metido y han visto las cosas.”


Anabel Hernández / Arelí Quintero

La familia presidencial

Grijalbo.


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viernes, 10 de julio de 2009

CÓMO HE PODIDO PENSAR ESO


LAS ARMAS SECRETAS
(Fragmento)


La delicia de estar ahí, de sentirse tan bien en ese instante, de cerrar los ojos, de suspirar como Bobby, de pasarse la mano por el pelo, una, dos veces, sintiendo la mano que anda por el pelo casi como si no fuera suya, la leve cosquilla al llegar a la nuca, el reposo. Cuando abre los ojos ve la cara de Michele, su boca entreabierta, la expresión como si de golpe hubiera quedado sin una gota de sangre. La mira sin entender, un vaso de coñac rueda por la alfombra. Pierre está de pie frente al espejo; casi le hace gracia ver que tiene el pelo partido al medio, como los galanes del cine mudo. ¿Por qué tiene que llorar Michele? No está llorando, pero una cara entre las manos es siempre alguien que llora. Se las aparta bruscamente, la besa en el cuello, busca su boca. Nacen las palabras, las suyas, las de ella, como bestezuelas buscándose, un encuentro que se demora en caricias, un olor a siesta, a casa sola, a escalera esperando con la bola de vidrio en el nacimiento del pasamanos. Pero quisiera alzar en vilo a Michele, subir a la carrera, tiene la llave en el bolsillo, entrará en el dormitorio, se tenderá contra ella, la sentirá estremecerse, empezará torpemente a buscar cintas, botones, pero no hay una bola de vidrio en el nacimiento del pasamanos, todo es lejano y horrible. Michele ahí a su lado está tan lejos y llorando, su cara llorando entre los dedos mojados, su cuerpo que respira y tiene miedo y lo rechaza.
Arrodillándose, apoya la cabeza en el regazo de Michele. Pasan horas, pasan un minuto o dos, el tiempo es algo lleno de látigos y baba. Los dedos de Michele acarician el pelo de Pierre y él le ve otra vez la cara, un asomo de sonrisa, Michele lo peina con los dedos, lo lastima casi a fuerza de echarle el pelo hacia atrás, y entonces se inclina y lo besa y le sonríe.
- Me diste miedo, por un momento me pareció… Qué tonta soy, pero estabas tan distinto.
- ¿A quién viste?
- A nadie, dice Michele.
Pierre se agazapa esperando, pero hay algo como una puerta que oscila y va a abrirse. Michele respira pesadamente, tiene algo de nadador a la espera del pistoletazo de salida.
- Me asusté porque… No sé, me hiciste pensar en que…
Oscila, la puerta oscila, la nadadora espera el disparo para zambullirse. El tiempo se estira como un pedazo de goma , entonces Pierre tiende los brazos y apresa a Michele, se alza hasta ella y la besa profundamente, busca sus senos bajo la blusa, la oye gemir y también gime besándola ,ven, ven ahora, tratando de alzarla en vilo (hay quince peldaños y una puerta a la derecha), oyendo la queja de Michele, su protesta inútil, se endereza teniéndola en sus brazos, incapaz de esperar más, ahora, en este mismo momento, de nada valdrá que quiera aferrarse a la bola de vidrio, al pasamanos (pero no hay ninguna bola de vidrio en el pasamanos), lo mismo ha de llevarla arriba y entonces como a una perra, todo él es un nudo de músculos, como la perra que es, para que aprenda, oh Michele, oh mi amor, no llores así, no estés triste, amor mío, no me dejes caer de nuevo en ese pozo negro, cómo he podido pensar eso, no llores, Michele.

Julio Cortázar
Cuentos completos /1
Editorial Alfaguara.


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jueves, 9 de julio de 2009

POR LO MENOS UNA VEZ AL DIA


CARACTERÍSTICAS COMUNES DE LAS PAREJAS BIEN AVENIDAS.


* Similar, que no igual, medio socioeconómico de origen
* Educación formal universitaria o equivalente
* Los dos tienen o han tenido trabajo remunerado. Independencia económica.
* Misma religión (o ausencia de ella)
* Similar, que no igual, nivel de desarrollo emocional y cognitivo
* Se ríen juntos por lo menos una vez al día. Bromean.
* Buen ajuste sexual (traducido en comunicación erótica eficiente y confianza)
* Habilidades de comunicación: claridad, ajustarse al tema que se plantea o discute, tomar turnos en la conversación, verificar que lo que el otro o la otra entiende es, en efecto, lo que se dijo o lo que se quiso decir, hablar “acerca de” los sentimientos o hablar “en” o “desde” el sentimiento o emoción.
* No temor al conflicto.
* No temor a emociones “negativas”: enojo, vergüenza, ansiedad.
* Cautela, que no temor, ante la intimidad emocional.
* Respeto por los proyectos individuales.
* Red social individual y compartida.
* Paciencia y “sacrificio” en el sentido de poder posponer, no indefinidamente, las gratificaciones individuales cuando la pareja está pasando por períodos o procesos difíciles, como pérdida de trabajo, duelos, enfermedades, etcétera.
* Paradójica y fundamentalmente: capacidad de estar sin la pareja y “estar bien”.


Lydia Cacho
Con mi hij@ no
Grijalbo

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martes, 7 de julio de 2009

LO MEJOR POSIBLE


TU JEFE ERES TÚ


La mayoría de las mujeres son muy responsables. Sienten que, como madres y esposas, quieren hacer su trabajo lo mejor posible. Quieren estar orgullosas de sus casas y de sus hijos. No hay otro lugar donde puedan mostrar lo que pueden hacer. Si una mujer es buena administradora, se gana el respeto de las otras mujeres y esto es importante para cualquier mujer.

Por lo tanto no hay necesidad de un capataz o de una supervisora que dirija en la casa. La forma en que vive la mujer y el trabajo que debe hacer es lo que la mantiene a raya. Esta forma de vida es también la que le enseña disciplina. Aprende cuándo decir algo y cuándo quedarse callada. Aprende a hacer cosas sola. Si hay algo que ha de hacerse y su marido no lo hará, lo hace ella. Una mujer con cuatro niños pintó toda la parte exterior de su casa. Decía que no quería esperar otros cinco años a que lo hiciera su marido.


Mariarosa Dalla Costa y Selma James.
El poder de la mujer y la subversión de la comunidad.
Siglo Veintiuno Editores.
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lunes, 6 de julio de 2009

NI PUTA IDEA


¿DÓNDE ESTÁ LA IZQUIERDA?

Hace alrededor de tres o cuatro años, en una entrevista a un diario sudamericano, creo que argentino, entre la retahíla de preguntas y respuestas solté una declaración que inmediatamente supuse que iba a causar agitación, debate, escándalo (hasta este punto llegaba mi ingenuidad), comenzando por las huestes locales de la izquierda y a continuación, quien sabe, como una onda que se expandiera en círculos, en los medios internacionales, tanto políticos, sindicales o culturales que de la dicha izquierda son tributarios. En toda su crudeza, sin escamotear su propia obscenidad, la frase, puntualmente reproducida por el periódico, era la siguiente: “La izquierda no tiene ni puta idea del mundo en que vive”. A mi intención, deliberadamente provocadora, la izquierda así interpelada, respondió con el más gélido de los silencios. Ningún partido comunista, por ejemplo, empezando por aquel del que soy miembro, salió a la palestra para rebatir o simplemente argumentar acerca de la propiedad o la falta de propiedad de las palabras que pronuncié. Con mayor razón, tampoco ninguno de los partidos socialistas que se encuentran en los gobiernos de sus respectivos países, pienso, sobre todo, en los de Portugal y España, consideró necesario exigir una aclaración al atrevido escritor que había osado lanzar una piedra al putrefacto charco de la indiferencia. Nada de nada, silencio total, como si en los túmulos ideológicos donde se refugian no hubiese nada más que polvo y telarañas, como mucho un hueso arcaico que ya ni para reliquia serviría. Durante algunos días me sentí excluido de la sociedad humana como si fuese un apestado, víctima de una especie de cirrosis mental que provocaba que no diera pie con bola. Llegué a pensar que la frase compasiva que andaría circulando entre los que así callaban sería más o menos ésta: “Pobrecillo, ¿qué se podría esperar de él con esa edad?” Estaba claro que no me encontraban opinante con la estatura adecuada.
El tiempo fue pasando, pasando, la situación del mundo complicándose cada vez más, y la izquierda, impávida, seguía desempeñando los papeles que, en el poder o en la oposición, les habían sido asignados. Yo, que mientras tanto había hecho otro descubrimiento, el de que Marx nunca había tenido tanta razón como hoy, supuse, cuando hace un año reventó la burla cancerígena de las hipotecas en los Estados Unidos, que la izquierda, allá donde estuviera, si todavía le quedaba vida, abriría por fin la boca para decir lo que pensaba del asunto. Ya tengo la explicación: la izquierda no piensa, no actúa, no arriesga ni una pizca. Pasó lo que pasó después, hasta lo que está ocurriendo hoy, y la izquierda, cobardemente, sigue no pensando, no actuando, no arriesgando ni una pizca. Por eso no es de extrañar la insolente pregunta del título: “¿Dónde está la izquierda?” No doy albricias, he pagado demasiado caras mis ilusiones.

José Saramago.
http://cuaderno.josesaramago.org/2008/10/01/%c2%bfdonde-esta-la-izquierda/
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¿SE VA GANANDO LA LUCHA CONTRA LA DELINCUENCIA?


PERO… ¡QUÉ GENTE!

Hubo una vez un presidente
que quiso investigar rápidamente
una cuestión espantosa y urgente
según decía toda la gente

Y para desafiar solemnemente
su celo inmenso de cumplir con la gente
se puso un plazo breve, audaz, inminente.
Y hubo un rugido público imponente

Más sucedió que, desgraciadamente,
cuando ya meritito el Presidente
iba a encontrar detectivescamente

la clave del asunto, de repente,
se dio la vuelta y encontró a la gente
con un tema de moda diferente.

Entonces, tristemente,
dijo: Pero… ¡qué gente!

Gabriel Zaíd
Cómo leer en bicicleta
Random House Mondadori, S. A. de C.V.
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domingo, 5 de julio de 2009

PROFECIAS DE LEONARDO



III PROFECIAS
(Fragmentos)


De la venta del paraíso
Serán muchos los que vendan públicamente y sin obstáculos objetos de gran valor sin permiso del maestro de esos objetos, que nunca fueron suyos ni estuvieron en su poder. Y la justicia humana no podrá evitarlo.

De las iglesias y de las habitaciones de los frailes
Habrá muchos que abandonarán el trabajo y la pobreza de vida y bienes para vivir en la riqueza de espléndidos edificios, pregonando ser ese el camino para ser más aceptable a Dios.

Del culto a los cuadros de los santos.
Los hombres hablarán con hombres que no oyen. Abrirán sus ojos y no verán. Les dirigirán la palabra y no contestarán. Pedirán perdón a quien tiene oídos y no oye. Ofrecerán luz a un ciego y suplicarán con gran clamor al sordo

De los médicos que viven a cuenta del enfermo
Los hombres llegarán a un estado de miseria tal que agradecerán el que otros se aprovechen de sus sufrimientos o de la pérdida de su verdadera riqueza que es la salud.

El miedo a la pobreza
Algo maligno y terrorífico se extenderá de tal manera entre los hombres que éstos, en su deseo alocado de huir de ello, se apresurarán a aumentar sus ilimitados poderes.




Leonardo da Vinci
(1452 – 1519)
Cuaderno de notas.
Poesía y Prosa Popular.
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