jueves, 31 de diciembre de 2009

CON TODA LA FUERZA DE LA RAZÓN





EL DERECHO A LA REBELION
(Fagmentos)

…A río revuelto, dice el adagio popular, ganancia de pescadores. Y en el río revuelto que es México, con una clase política en el poder enfrentada de la manera más violenta, con una clase empresarial con grandes diferencias y con un sistema de partidos en crisis, sin credibilidad popular, la miseria y la injusticia se combinan  con las ambiciones de los políticos desplazados, con los empresarios arruinados, con los poderosos narcotraficantes ahora amenazados, y todo ello forma un coctel mortal…
            …No se vale  descartar a quienes ahora brotan por el país militando en el EPR. Hace falta hablar con ellos antes de “lanzar toda la fuerza del Estado” para aniquilarlos. Hace falta entender su causa. Es urgente que los pensadores de buena fe que se han pronunciado, quiero creerlo, precipitadamente en su contra,  reflexionen y rectifiquen. El linchamiento moral que pretenden hacer de ellos les saldrá mal. Como salió mal calificarlos de una simple pantomima.
            …La violencia que el gobierno ha ejercido contra el pueblo de México es brutal, ha causado miles de veces más muertos que las guerrillas que ha habido en el país, la de Genaro Vázquez, la de Lucio Cabañas y ahora la del EPR. Esa violencia ha entregado recursos fundamentales del pueblo al extranjero, nuestro petróleo, carreteras, costas, minas,  aeropuertos, puertos y ahora se  apresta a concesionar los ferrocarriles y la petroquímica como antecedente para ceder el petróleo y la generación de energía.
            Esa es la violencia perniciosa que existe contra el pueblo. Contra esa violencia es que se levantan los insurgentes. Contra esa violencia se levantó el EZLN y gracias a que acudió a la lucha armada –aunque ahora lo desconozca- es que el gobierno se sentó a dialogar con él. Ahora el EZLN sabe que surge otra fuerza violenta organizada y, qué bien que lo haya hecho, se deslinda de ella. Pero las causas fundamentales por las cuales surgen son las mismas. Y por esas causas pueden surgir más. Brotarán más si el gobierno no entiende la lección y no se apresura a resolver, primero, la paz con dignidad en Chiapas, dejando de lado  las cuestiones menores que ahora lo detienen, y segundo, pero no en importancia, se lanza con toda decisión, no a aplastar  al EPR con toda la fuerza del Estado, sino a convencerlo con toda la fuerza de la razón, de que hoy no es el tiempo de las armas en el mundo para liberar pueblos, que ahora es el tiempo de resolver las grandes  controversias nacionales con el diálogo, con la razón, con paciencia, con sentido profundo de lo que debe ser una  nación moderna en el siglo XXI, una nación pluriétnica, democrática, soberana, interdependiente del mundo globalizado, nunca supeditada  a los grandes intereses internacionales.

Heberto Castillo
Heberto y Chiapas
Ediciones Proceso.


.


miércoles, 30 de diciembre de 2009

SOMOS EL COLOR DE LA TIERRA





QUEREMOS SER INDIGENAS Y MEXICANOS
(Fragmento)

Señores y señoras diputados y diputadas. Senadores y senadoras:
Quiero explicarles la situación de la mujer indígena que vivimos en nuestras comunidades, hoy que según esto está garantizado en la Constitución el respeto a la mujer.
La situación es muy dura. Desde hace muchos años hemos venido sufriendo el dolor, el olvido, el desprecio, la marginación y la opresión.
Sufrimos el olvido porque nadie se acuerda de nosotras. Nos mandaron a vivir hasta en el rincón de las montañas del país para que ya no lleguen nadie a visitarnos o a ver como vivimos.
Mientras no contamos con los servicios de agua potable, luz eléctrica, escuela, vivienda digna, carreteras, clínicas, menos hospitales, mientras muchas de nuestras hermanas, mujeres, niños y ancianos mueren de enfermedades curables, desnutrición y de parto, porque no hay clínicas ni hospitales donde se atiendan.
Solo en la ciudad, donde viven los ricos, sí tienen hospitales con buena atención y tienen todos los servicios. Para nosotras, aunque haya en la ciudad, no nos beneficia para nada, porque no tenemos dinero, no hay manera como trasladar, si lo hay ya no llegamos a la ciudad, en el camino regresamos ya muerto.
Principalmente las mujeres, son ellas las que sienten el dolor del parto, ellas ven morir sus hijos en sus brazos por desnutrición, por falta de atención, también ven sus hijos descalzos, sin ropa, porque no alcanza el dinero para comprarle porque son ellas que cuidan sus hogares, ven qué le hace falta para su alimentación.
También cargan su agua de dos a tres horas de camino con cántaro y cargando su hijo y lo hace todo lo que hace dentro de la cocina.
Desde muy pequeña empezamos a trabajar cosas sencillas. Ya grande sale a trabajar en el campo, a sembrar, limpiar y cargar su niño, mientras los hombres se van a trabajar en las fincas cafetaleras y cañeras para conseguir un poco de dinero para poder sobrevivir con su familia, a veces ya no regresan porque se mueren de enfermedad. No da tiempo para regresar en su casa o si regresan, regresan enfermos, sin dinero, a veces ya muerto. Así queda con más dolor la mujer porque queda sola cuidando sus hijos.
También sufrimos el desprecio y la marginación desde que nacimos porque no nos cuidan bien. Como somos niñas piensan que nosotros no valemos, no sabemos pensar, ni trabajar, como vivir nuestra vida.
Por eso muchas de las mujeres somos analfabetas, porque no tuvimos la oportunidad de ir a la escuela.
Ya cuando estamos un poco grande nuestros padres nos obligan a casar a la fuerza, no importa si no queremos, no nos toman consentimiento. Abusan de nuestra decisión, nosotras como mujer nos golpea, nos maltrata por nuestros propios esposos o familiares, no podemos decir nada porque nos dicen que no tenemos derecho de defendernos.
A nosotras las mujeres indígenas, nos burlan los ladinos y los ricos por nuestra forma de vestir, de hablar, nuestra lengua, nuestra forma de rezar y de curar y por nuestro color, que somos el color de la tierra que trabajamos.
Siempre en la tierra porque en ella vivimos, también no nos permite nuestra participación en otros trabajos. Nos dicen que somos cochinas, que no nos bañamos por ser indígena.
Nosotras las mujeres indígenas no tenemos las mismas oportunidades que los hombres, los que tienen todo el derecho de decidir de todo. Solo ellos tienen el derecho a la tierra y la mujer no tiene derecho, como que no podemos trabajar también la tierra y como que no somos seres humanos, sufrimos la desigualdad.
Toda esta situación los malos gobiernos los enseñaron.
Las mujeres indígenas no tenemos buena alimentación, no tenemos vivienda digna, no tenemos ni un servicio de salud, ni estudios.
No tenemos proyecto para trabajar, así sobrevivimos la miseria, esta pobreza es por el abandono del gobierno que nunca nos ha hecho caso como indígena y no nos han tomado en cuenta, nos ha tratado como cualquier cosa.
Dice que nos manda apoyo como Progresa pero ellos lo hacen con intención para destruirnos y dividirnos.
Así es de por sí la vida y la muerte de nosotras las mujeres indígenas. Y nos dicen que la ley Cocopa va a hacer que nos marginen.
Es la ley de ahora la que permite que nos marginen y que nos humillen. Por eso nosotras nos decidimos a organizar para luchar como mujer zapatista.
Para cambiar la situación porque ya estamos cansadas de tanto sufrimiento sin tener nuestros derechos.
No les cuento todo esto para que nos tengan lástima o nos vengan a salvar de esos abusos. Nosotras hemos luchado por cambiar eso y lo seguiremos haciendo.
Pero necesitamos que se reconozca nuestra lucha en las leyes porque hasta ahora no está reconocida. Sí está pero sólo como mujeres y ni siquiera ahí está cabal.
Nosotras además de mujeres somos indígenas y así no estamos reconocidas.
Nosotras sabemos cuáles son buenos y cuáles son malos los usos y costumbres.
Malas son de pegar y golpear a la mujer, de venta y compra, de casar a la fuerza sin que ella quiere, de que no puede participar en asamblea, de que no puede salir en su casa.
Por eso queremos que se apruebe la ley de derechos y cultura indígena, es muy importante para nosotras las mujeres indígenas de todo México.
Va a servir para que seamos reconocidas y respetadas como mujer e indígena que somos. Eso quiere decir que queremos que sea reconocida nuestra forma de vestir, de hablar, de gobernar, de organizar, de rezar, de curar, nuestra forma de trabajar en colectivos, de respetar la tierra y de entender la vida, que es la naturaleza que somos parte de ella.
En esta ley están incluidos nuestros derechos como mujer que ya nadie puede impedir nuestra participación, nuestra dignidad e integridad de cualquier trabajo, igual que los hombres.
Por eso queremos decirle para todos los diputados y senadores para que cumplan con su deber, sean verdaderos representantes del pueblo. Ustedes dijeron que iban a servir al pueblo que van a hacer leyes para el pueblo.
Cumplan sus palabra, lo que se comprometieron al pueblo. Es el momento de aprobar la iniciativa de ley de la Cocopa.
Los que votaron a favor de ustedes y los que no pero que también son pueblos siguen sediento de paz, de justicia, de hambre. Ya no permitan que nadie ponga en vergüenza nuestra dignidad. Se los pedimos como mujeres, como pobres, como indígenas y como zapatistas.

Comandante Esther
Discurso ante el Palacio Legislativo
28 de Marzo de 2001.


.




TAN FRECUENTES EN MEXICO



¿POR QUÉ SE HIZO GUERRILLERO LUCIO?
(Fragmento)


El parte militar que comunica la muerte de Lucio Cabañas es parco. Murió de tres balazos, dos de ellos mortales de necesidad. No se permitió a los periodistas ver el cadáver. Se entregaron fotografías del rostro solamente. Se le enterró con sigilo. Los banqueros, industriales, terratenientes, grandes comerciantes, están de plácemes.

Pese a que el gobierno y los medios de difusión propalaron que Lucio Cabañas era un forajido, los campesinos guerrerenses le lloran. Se sabe que cometió feos delitos y que sus comunicados dejan que desear en cuanto a teoría revolucionaria. Lucio abogaba por los oprimidos con las armas en la mano aunque los resultados que obtenía fueran contrarios a los objetivos buscados. Pero los pobres que no saben de otra injusticia y otra miseria que la que les ahoga, lo querían, lo respetaban, en última instancia porque Cabañas luchaba contra el gobierno abiertamente, obstinadamente. Y esa actitud cuenta más en muchos lugares del país que cualquier programa político. En Guerrero especialmente.

¿Qué hizo al profesor Lucio Cabañas tomar las armas y remontarse a la sierra? ¿Fue acaso la lectura de las obras de Marx, Mao o Guevara las que le “secaron el seso”? ¿O algún grupo extremista lo envió a estudiar y prepararse “a Corea del Norte” o a cualquier otro de esos “países que exportan revoluciones”, según el decir del Pentágono y de los gorilas chilenos? No lector, nada de eso.

A Lucio ocurrió lo que a Genaro Vázquez Rojas. Más que amigo, compañero de lucha. Actuó como responsable de relaciones campesinas en el Movimiento de Liberación Nacional cuando fui su coordinador. Genaro había escapado de morir cuando la fuerza pública masacró al pueblo de Iguala que protestaba por una de esas imposiciones electorales tan frecuentes en México. Hubo orden de aprehensión en su contra pero no se hizo efectiva por algún tiempo. Fue profesor rural activo, enemigo abierto de la explotación que sufren los pobres. Les enseñaba a los campesinos las primeras letras pero también a luchar por su tierra y su libertad. Una tarde, al salir del MLN, la policía guerrerense lo detuvo. Estuvo en la cárcel de Iguala hasta que optó por el abogado que le acompañó hasta la muerte: la violencia. Desde la cárcel, a tiro limpio, se remontó a la sierra. Regresó muerto después de intensa lucha.

Lucio Cabañas luchó pacíficamente en su tierra natal. Pronto se hizo indeseable para los poderosos pues como maestro estaba con los pobres. Hubo en Atoyac de Álvarez manifestaciones contra la directora de una escuela. El 18 de mayo de 1967, policías y soldados atacaron a los manifestantes y hubo ocho muertos. Cabañas escapó a la sierra. Ahí pensó que su lucha, como la que ya libraba Genaro, no podía detenerse. Y la siguió, pero en forma violenta.

Lucio se hizo guerrillero –o facineroso como quieren que se diga en la buena sociedad- porque, como Genaro, no tuvo otra alternativa. Cuenta Rubén Figueroa que los guerrilleros estudiaban mucho colectivamente. Pero a todos ellos les ganó la práctica. Y la práctica de luchar fuera de la ley y en contra del gobierno tiene sus bemoles. Los guerrilleros necesitan armas, y estas no las venden en los supermercados. Las tienen el ejército y los traficantes. Cabañas atacó al ejército para hacerse de armas. Obtuvo dinero de los secuestros que hizo -25 millones tan sólo de Figueroa y sus amigos-. Anduvo así hasta encontrar la muerte, única perspectiva que se le podía augurar. Su muerte está oscura. No se sabe si murió en combate o sumariamente.

Muchos dicen que a Genaro y a Lucio los empujó a la sierra la represión gubernamental de los años pasados. Así lo creyó Rubén Figueroa hasta su secuestro. Y se dice que este régimen es de rectificación a los errores y traiciones cometidos contra la Revolución Mexicana.


Heberto Castillo
Desde la Trinchera
Editorial Océano.

.

lunes, 28 de diciembre de 2009

SE HAN SUBLEVADO LOS INDIOS




LA GUERRA
(Fragmento)

Los indios de Sayil apedrearon los bandos en los que se anunciaba que el tributo personal sería aumentado. Un alguacil salió herido y un indio aporreado. En represalia, mientras tenientes de la hacienda exigían el nuevo tributo, el regidor de Justicia y Alcabalas mandó instalar un garrote. Lo mandó instalar sobre un tablado en el atrio  de  la iglesia. Deshicieron un altar para construirlo. El pueblo comentó, medroso, la amenaza. Sin embargo, cuando amaneció,  había en el cadalso dos animales muertos: en el garrote una paloma y en la rueda del verdugo, una gallina.
Los blancos gritaron:
-¡Se han sublevado los indios!

            Las tropas blancas aprehendieron a uno de los mozos de la hacienda. Maniatado lo llevaron al cuartel. El coronel lo acogió con zalamerías, y lo colmó de presentes. El indito, alma niña, quedó aturdido. Regresó a la hacienda hecho un pimpollo. Olía a rosas de Castilla. Canek lo atajó  y le hizo ver su engaño.
            -No digas a los indios lo que te han hecho creer los blancos.
            El mozo no creyó a Canek. Al día siguiente su cuerpo apareció junto al cuartel de los blancos. A su lado estaba un hatillo con la ropa y las preseas que le habían dado.
Los blancos gritaron:
            -¡Se han sublevado los indios!

Los soldados penetraron en las chozas de los indios amigos de Canek. Si el indio tenía un machete colgado en la pared, de un porrazo lo tendían muerto. Si el indio no tenía un machete colgado en la pared, de un porrazo lo tendían muerto.
El capitán explicaba:
-En algún lugar lo deben de tener.
Los blancos gritaron:
-¡Se han sublevado los indios!

Canek
Ermilo Abréu Gómez
Editorial Gente Nueva.


.


HAN DE ECHAR LO QUE TRAGARON




EL PROFETA

           
Fue aquí, hace más de cuatro siglos.
Echado en la estera, boca arriba, el sacerdote-jaguar de Yucatán escuchó el mensaje de los dioses. Ellos le hablaron a través del tejado,  montados a horcajadas sobre su casa, en un idioma que nadie más entendía.
            Chilam Balam, el que era  boca de los dioses, recordó lo que todavía no había ocurrido y anunció lo que será:
            -Se levantarán el palo y la piedra para la pelea… Morderán a sus amos los perros… Los de trono prestado, han de echar lo que tragaron.  Muy dulce, muy sabroso fue lo que tragaron, pero lo vomitarán. Los usurpadores se irán a los confines del agua… Ya no habrá devoradores de hombres… Al terminar la codicia, se desatará la cara, se desatarán las manos, se desatarán los pies del mundo.


Eduardo Galeano
Memoria del Fuego. Las Caras y las Máscaras
Siglo XXI Editores.


.

sábado, 26 de diciembre de 2009

LOS EJÉRCITOS SON LOS MÁS GRANDES APOYOS DE LA TIRANÍA





EL SUEÑO DE PANCHO VILLA.

No deja de ser interesante conocer el apasionado ensueño, la quimera que anima a este luchador ignorante “que no tiene bastante educación para ser Presidente de México”. Me lo dijo una vez con  estas palabras: “Cuando se establezca la nueva República, no habrá más ejército en México. Los ejércitos son los más grandes apoyos de la tiranía. No puede haber dictador sin su ejército. Pondremos a trabajar al ejército. Serán establecidas en toda la República colonias militares, formadas por veteranos de la revolución. El  Estado les dará posesión de tierras agrícolas y creará grandes  empresas industriales para darles  trabajo. Laborarán tres días de la semana y lo harán duro, porque el trabajo honrado  es más importante que el pelear y sólo  el trabajo así produce buenos ciudadanos. En los otros días recibirán instrucción  militar,  la que, a su vez, impartirán a todo el pueblo para enseñarlo a pelear. Entonces, cuando la patria  sea invadida,  únicamente con tomar el teléfono desde el Palacio Nacional en la Ciudad de México, en medio día se levantará todo el pueblo mexicano de sus campos y fábricas, bien armado, equipado y organizado para defender a sus hijos y a sus hogares. Mi ambición es vivir mi vida en una de esas colonias militares, entre mis compañeros a quienes quiero, que han sufrido tanto y tan hondo conmigo. Creo que desearía que el gobierno estableciera una fábrica para curtir cueros, donde pudiéramos hacer buenas sillas y frenos, porque sé cómo hacerlos;  el resto del tiempo desearía trabajar en mi pequeña granja criando ganado y sembrando maíz. Sería magnífico, yo creo, ayudar a hacer de México un lugar feliz”

John Reed
México Insurgente
Editorial Porrúa.


.


TODOS HABIAN FESTEJADO LA NOCHEBUENA



25 DE DICIEMBRE



Volvamos a un correo anterior. Si me relaciono con un hombre a través de la Internet y no soy horrible: lo engaño en mi mundo real. Estoy jodida, porque ninguna de las dos opciones es completamente auténtica. Incluso quizá te has arrepentido de haberme pedido que fuera tu novia: si algún día me conoces y resuelto horrible, sentirás pena por la Pobre Fátima porque no querrás volver a verla; si continúas sIn conocerla te seguirá siendo muy difícil sentirla realmente tu novia, tu pareja.

¿Qué hacer, adorado? El amor es cuestión de fe, como la religión: lo sentimos, mientras lo sentimos, existe. Tú para mi existes como si estuvieras en mi mundo real; soy tu novia y tu amante, por lo tanto no es metáfora ni galantería cuando digo que soy tuya, ¿qué de raro tendría serle fiel al hombre que se ama?

“¿Te amo?”, preguntas y entonces dudas. Sí, más de lo que imaginas. ¿Por qué? Porque eres un hombre al que se puede amar. ¿Trato con hombres en el mundo real? Claro, las intenciones que ellos tengan, no me importan, a mí ellos no me interesan amorosamente y no suelo perder el tiempo con relaciones efímeras sólo por pasar el rato. Soy distante cuando tengo que serlo y amistosa con personas que respetan mis límites.

“A lo largo de tus correos he notado que eres nostálgico. ¿Qué hago, amor mío, para existir en tus pensamientos si no estuve cuando tenías quince años y las niñas te adoraban? Tuya (aunque lo pongas en duda), Fátima.

“Posdata: por cierto, en la mañana tocamos nuestras manos en este espacio virtual: yo abría mi correo cuando tu carta llegaba. Fue una encantadora forma de sentirte cerca, ¿tuviste alguna emoción?”

El 24 de diciembre, poco después de la media noche, cuando la mitad del planeta se abrazaba y hacía las más convencionales promesas y se felicitaba entre sí sin una razón inteligente, Fátima me escribió:

“Es una noche encantadora y no hace mucho frío. Como cada año, soy ajena a los festejos religiosos, prefiero pensar en ti y compartir una pequeña parte del libro de Barthes que estoy leyendo:

“…estar a oscuras puede producirse, sin mi intervención, porque estoy privado de la luz de las causas y de los fines; estar en tinieblas me ocurre porque me ciega mi apego a las cosas y el desorden que provoca. La mayoría de las veces estoy en la oscuridad misma de mi deseo; no sé lo que quiero, el propio bien me resulta un mal; lleno de resonancias, vivo golpe a golpe: estoy en tinieblas”

“Nunca te he preguntado si te gusta leer en pantalla o prefieres el modo tradicional, en el libro. A mi me sigue desconcertando leer un libro en pantalla, cerrar la computadora es apagar todo un complejo sistema y a veces me resulta como matar a alguien. La luz se extingue poco a poco como alguien que fallece, que deja de respirar gradualmente. Es algo atroz. Los libros, en cambio, me fascinan, anoto las partes que me gustan, en lugar de subrayarlas las copio en un cuaderno para pensar en ellas largamente.

“Y tú, ¿qué hiciste? ¿Dormiste temprano, leíste? Espero, al despertar, tener palabras tuyas. Te amo. Fátima.”

Hurgué entre los correos de Fátima y encontré uno fechado tiempo atrás, luego de que nos habíamos declarado el amor:

“No podría dormir esta noche si no le digo que ha logrado emocionarme profundamente con sus palabras y me ha devuelto el aliento necesario para vivir con una sonrisa cada día. Usted no merece que le mienta (no es necesario), no me enamoraría de alguien de “carne y hueso” porque usted habita en mi corazón y no busco a nadie más. Gracias a usted creo nuevamente que el amor puede ser mágico. Lo adoro. Por favor, dígame cada tanto que me ama: el amor es barroco y los excesos le vienen bien. Suya, Fátima”

Falsificaría la verdad si digo que esa noche dormí inquieto. Estaba radiante.

En la mañana del miércoles 25 de diciembre, un día después de que todos habían festejado la nochebuena, cuando la inmensa mayoría reposaba los excesos de las festividades supuestamente religiosas, paganas en realidad, a cuatro horas de estar ante Fátima y su belleza clásica que yo suponía, sus piernas sensuales y su amplia sonrisa, llegó un correo más: “Mi amado, apenas una horas antes de tenerte frente a mí, lo que tengo más claro es el amor entre nosotros. Quiero agradecerte con todo el corazón el amor que me has dado aún sin conocerme porque sin proponértelo me hiciste creer en él, en el tuyo. Es lindo lo que dices sobre el último amor, Cervantes y Miguel de Unamuno, que es el más poderoso, el de mayor intensidad, porque tú eres para mí el amor de mi vida. No hay un antes ni habrá un después, te lo puedo asegurar. Borraste por completo el pasado y construiste para mí un futuro promisorio. Espero sinceramente que te ocurra lo mismo y dejes los fantasmas que te han acosado desde hace muchos años. Tenemos tanto de qué conversar”

Se despedía de la siguiente forma: “Amor, amor, nuevamente gracias por tu confianza y por arriesgarte a perder a la Fátima virtual, espero permanecer cercana a tus expectativas. Nunca dejaré de estar a tu lado y nadie volverá a tocarme, sin importar cuál sea tu reacción. Te amo, con desesperación sobrehumana. Me has hecho inmensamente dichosa”


René Avilés Fabila
El Amor Intangible
Colofón, S. A. de C. V.

.

jueves, 24 de diciembre de 2009

SE ENTREGABAN A ESAS ORGÍAS



¡NO SE ACOMIDEN!

(Fragmento)


¡No se acomiden! , era la exclamación cotidiana. En diciembre la situación doméstica se tensaba aún más y lógicamente mi augusta Mater gritaba más seguido y más fuerte. Toda mi infancia la pasé sin entender por qué las mujeres decembrinas se entregaban a esas orgías de preparativos para una ceremonia que abarcaba, a lo mucho, cinco o seis horas. Mandar las tarjetas de felicitación, comprar los regalos, confeccionar una canasta para el jefe del marido, arreglar la casa, comprar el árbol y las cosas del nacimiento, bajar las series de las esferas y los focos para el árbol, descubrir que las esferas estaban hechas pinole y las series de focos chisporroteaban de horrible manera, comprar refacciones, matar al guajolote que llevaba un mes engordándose en la azotea, (oceánico llanto de Hospicia que ya le había agarrado cariño a Nicolasito), adquirir en la Negrita, en el centro de la ciudad, los ingredientes para preparar el bacalao que era la pieza fuerte de la gastronomía materna (se tiene que hacer con bacalao Langa y con aceite de olivo español, porque yo porquerías no preparo, mijito), poner el árbol y descubrir que la maravillosa punta plateada que remataba esta obra de arte era ya sólo un recuerdo pues ya ves que tu tío Pepe a la segunda copa se pone muy mal (y a la segunda botella, peor) y por sacar un regalo, se fue sobre el árbol y mira nada más cómo le dejó la punta que es carísima; poner el nacimiento con su espejito de agua con cisnes y un tiburón de hule que yo tenía y colocar con gran cuidado “el Misterio” (que es finísimo porque es español) y oír el alarido ¡Hospiciaaa! ¿quién le rompió la manita a la virgen?... pusepa, ¿no se habrá roto solita?, pegarle su manita a la virgen, dejar el pesebre vacío y rodeado de unos pastorcitos de cinco centímetros y unos borregos monstruosos como de treinta centímetros de alzada, adornar la casa, poner el cirio pascual, las coronas de adviento, envolver los regalos con un papel megacursi, entreverar los roperazos con mucha cautela pare evitar el efecto búmerang, agregar unas tarjetitas que decían “de” y “para” que a mi me encantaba revolver de modo que mi tía Aurora en plena artritis recibiera un balón de fútbol americano, inyectarle brandy al guajolote, ir al salón de belleza, supervisar el ponche, estrenar ropa exterior para la cena y ropa interior por si había milagrito en el pesebre, poner la mesa de modo que todos la chulearan y muchas tareas más que sería prolijo enumerar, pero que a mí me tuvieron siempre en el asombro. Esas recias ñoras tendrían que haberse caído muertas. Lejos de eso, todas disfrutaban la navidad y todas enviudaron con mucha dignidad.


Germán Dehesa
¡Qué modos! Usos y costumbres tenochcas
Editorial Planeta.

.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

LOS GOBIERNOS ESTAN DOMINADOS POR EL MIEDO




LAS BOMBAS SILENCIOSAS DEL HAMBRE
(Fragmento)

Adolfo Pérez Esquivel (APE): Creo que los gobiernos conocen la gravedad de la situación. Yo vengo de Argentina, un país surrealista, un país que  en este momento está sufriendo una crisis tremenda  porque el modelo económico neoliberal cayó en bancarrota y redujo a la miseria a un pueblo rico. Mientras los gobernantes se sometieron a la especulación financiera y ya se agotó un viejo modo de hacer política, el pueblo decidió protestar por esta negligencia, contra supuestos líderes, que de hecho, no son capaces de darle una respuesta  a la gente, porque los gobiernos  están dominados por el miedo, y sobre el miedo no se puede construir nada

Gianni Miná (G.M.): ¿Quién les provoca ese miedo a los gobiernos?

A.P.E. : El gran imperio,  el Fondo Monetario Internacional, el gobierno de los Estados Unidos, que de nuevo está militarizando  América Latina. Como si fuera poco, este poder concentrado  pretende obligarnos a los argentinos a entrar al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCQA), para destruir nuestras fuerzas productivas y después regalarles nuestro mercado  a las empresas norteamericanas. Este plan, en su estructura hegemónica, significa la recolonización de América Latina, y por eso ya está preparando sus tropas.

G.M.: ¿Pero es posible que un país como los Estados Unidos, durante muchísimo tiempo abanderado de la democracia, haya tomado una decisión tan extrema, hasta parecerse talibán en su modo de comportarse?

A.P.E.: Los extremos se tocan. Bush es tan fundamentalista como Bin Laden.

G.M. : Fundamentalista del neoliberalismo

A.P.E. : Claro, del neoliberalismo. Me refiero justamente al 11 de septiembre de 2001. Estaba aquí con el gobernador del estado  de Río Grande do Soul, para lanzar la convocatoria a este segundo  Foro Social Mundial. El día en que se hizo el atentado contra las Torres Gemelas, salió una noticia que nadie tomó en consideración y que los grandes medios lisa y llanamente ignoraron por completo: la FAO dio a conocer  que más de 35,600 niños iban a morir de hambre ese mismo día, como sucede todos los días. Pero ese exterminio no conmovió a nadie. Las reacciones de los gobiernos estaban  todas concentradas en la tragedia de las Torres Gemelas, porque habían atacado el corazón del imperio.

Gianni Miná entrevista al Premio Nóbel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.



Gianni Miná
Un mundo mejor es posible
Ediciones Unión.


.


ENDEUDARSE CON TARJETAS DE CREDITO




YUPPIES ¿POR QUÉ?


(Fragmento)



…Según relata Diego Durán, una de las primeras fuentes importantes de información sobre el México precolombino, los plebeyos no podían llevar prendas de algodón, plumas ni flores, ni tampoco podían beber chocolate o comer manjares refinados. En otras palabras, una de las principales líneas de fuerza de las antiguas formas de consuno conspicuo consistía en frustrar cualquier intento del populacho por emular a las clases superiores.

La emulación, que Veblen considera el primer motor económico después de la supervivencia, no se convirtió en una fuerza económica importante hasta que las clases dirigentes dejaron de estar constituidas por élites endógamas y hereditarias. Sin embargo, las teorías de Veblen se pueden aplicar con notable precisión a la transición europea de las monarquías feudales a las democracias parlamentarias capitalistas, con sus clases altas mercantiles e industriales que, efectivamente, derrochaban sus recién amasadas fortunas en mansiones, tumbas y objetos suntuarios para demostrar que estaban a la altura de sus antiguos superiores. No puedo aceptar, empero, la caricatura que Veblen hace de los burgueses ansiosos por subir en la escala social y cuya sed de prestigio les induce a caer en un consumo necio y no utilitario. Las nacientes élites capitalistas no pretendían destruir a los aristócratas, sino unirse a ellos, y para esto no tenían más remedio que imitar los cánones de consumo aristocráticos.

¿Se trata tal vez de uno de esos ejemplos en que las cosas siguen igual por muchos que sean los cambios que atraviesan? Muy al contrario, las nuevas minorías selectas del capitalismo trastornaron las vinculaciones tradicionales entre los objetos suntuarios y el mantenimiento de la riqueza y el poder. En las sociedades capitalistas las altas esferas no están reservadas a aquellos que insisten en ser los únicos con derecho a posesiones raras y exóticas. Como acabo de mencionar, el poder y la riqueza proceden del comercio en mercados abiertos y, salvo algunas excepciones (¿como las joyas de la corona de Inglaterra?), todo se puede comprar. No sólo no hay ninguna ley que impida que una persona normal adquiera un Rolls-Royce, fincas en el campo, caballos de carreras, yates, gemas y metales preciosos de toda clase y raros perfumes, las obras de grandes artistas y artesanos y lo último en costura y cocina, sino que la riqueza y el poder de la gente que se encuentra en la cima aumentan en proporción con el volumen de tales compras.

Y esto me lleva a la situación de los vilipendiados yuppies, acaso los consumidores de objetos suntuarios más voraces y depredadores que el mundo haya visto jamás. La mala fama de los yuppies se debe a que su afán por comprar símbolos de riqueza y poder no constituye un caso más de propensión extraña a la emulación a cualquier precio. Se trata más bien de una implacable condición del éxito, impuesta desde arriba por una sociedad en la que la riqueza y el poder dependen del consumismo masivo. Solo los que pueden dar prueba de su lealtad al ethos consumista encuentran admisión en los círculos más selectos de la sociedad de consumo. Para los jóvenes que ascienden en la escala social (o incluso el joven que no quiere bajar en la escala social), el consumo conspicuo es no tanto el premio como el precio del éxito. La ropa de marca, los coches deportivos italianos, los discos láser, los equipos de alta fidelidad, las frecuentes expediciones de compra a esos bazares orientales de vidrio y acero que son los grandes almacenes, los fines de semana en la costa, los almuerzos en Maxim´s: sin todo ello resulta imposible entrar en contacto con las personas que hay que conocer, imposible encontrar el empleo idóneo. Si esto implica endeudarse con tarjetas de crédito, retrasar el matrimonio y vivir en apartamentos libres de niños en lugar de hacerlo en una casa de las afueras ¿cabe imaginar mejor prueba de lealtad hacia los superiores?


Marvin Harris
Jefes, Cabecillas, Abusones
Editorial Patria, S. A. de C. V.

.

lunes, 21 de diciembre de 2009

TODOS LOS NOMBRES





VICTIMAS DE LA MASACRE DE ACTEAL

María Pérez Oyalte, 43 años, Martha Capote Pérez, 12 años, Rosa Vázquez Luna, 24 años, Marcela Capote Ruiz, 29 años , Marcela Pucuj Luna, 67 años, Loida Ruiz Gómez, 6 años, Catalina Luna Pérez, 21 años, Manuela Pérez Moreno, 50 años, Manuel Santiz Culebra, 57 años, Margarita Méndez Paciencia, 23 años, Marcela Luna Ruiz, 35 años, Micaela Vázquez Pérez, 9 años, Josefa Vázquez Pérez, 5 años, Daniel Gómez Pérez, 24 años, Sebastián Gómez Pérez, 9 años, Juana Pérez Pérez, 33 años, María Gómez Ruiz, 23 años, Victorio Vázquez Gómez, 2 años, Verónica Vázquez Luna, 22 años, Paulina Hernández Vázquez, 22 años, Juana Pérez Luna, 9 años, Roselina Gómez Hernández (?), Lucía Méndez Capote, 7 años, Graciela Gómez Hernández, 3 años, Marcela Capote Vázquez, 15 años, Miguel Pérez Jiménez, 40 años, Susana Jiménez Luna, 17 años, Rosa Pérez Pérez, 33 años, Ignacio Pucuj Luna, 62 años, María Luna Méndez, 44 años, Alonso Vázquez Gómez, 46 años, Lorenzo Gómez Pérez, 46 años, María Capote Pérez, 16 años, Antonio Vázquez Luna, 17 años, Antonia Vázquez Pérez, 21 años, Marcela Vázquez Pérez, 30 años, Silvia Pérez Luna, 6 años, Vicente Méndez Capote, 5 años, Guadalupe Gómez Hernandez, 2 años, Micaela Vázquez Luna, 3 años, Juana Vázquez Luna, 1 año,Alejandro Pérez Luna, 15 años, Juana Luna Vázquez, 45 años, Juana Gómez Pérez, 51 años y Juan Carlos Luna Pérez, 2 años.


.

domingo, 20 de diciembre de 2009

ABORTAN EMBRIONES





LA LUCHA POR LA VIDA


Nada hay más relativo para el biólogo que el concepto de lo monstruoso. Todos los vivientes son monstruos los unos para los otros. El hombre es monstruo comparado al primate ancestral. La amiba es monstruo en relación a la materia, la cual es monstruo en relación a la nada.


Lo que percibimos de la lucha por la vida no nos da sino una ligera idea de  la matanza universal. En todo momento, en las matrices o a la luz del día, perecen gérmenes, abortan embriones. Las más duras hecatombes naturales se efectúan sin derrame de sangre y sin exhibición de cadáveres. Nacer es ya una suerte o una mala suerte insigne.


La biología niega al hombre todo atributo esencial que no pertenezca  también al resto de los vivientes. De grado o por fuerza, él los arrastra tras sí como un inmenso  ejército de pobres con los que  está obligado a compartir todo lo que él se atribuye.



Jean Rostand
El hombre y la vida
Fondo de Cultura Económica.


.

sábado, 19 de diciembre de 2009

MIS SOLDADOS NO, LOS DE LA NACIÓN



LAS VISITADORAS




-¿El servicio de las qué?- suelta una carcajada el general Scavino-. Ni tú ni Victoria pueden tomarme el pelo, tigre. ¿Se han olvidado que soy calvo?

-Bueno, al toro por los cuernos- sella sus labios con un dedo el general Victoria-. El asunto exige la más absoluta reserva. Me refiero a la misión que se le va a confiar, capitán. Suéltale el cuco, tigre.

-En síntesis, la tropa de la selva se anda tirando a las cholas –toma aliento, parpadea y tose el Tigre Collazos-. Hay violaciones a granel y los tribunales no se dan abasto para juzgar a tanto pendejón. Toda la Amazonía está alborotada.

-Nos bombardean a diario con partes y denuncias- se pellizca la barbilla el general Victoria-. Y hasta vienen comisiones de protesta de los pueblos más perdidos.

-Sus soldados abusan de nuestras mujeres- estruja su sombrero y pierde la voz el alcalde Paiva Runhuí. Me perjudicaron a una cuñadita hace pocos meses y la semana pasada casi me perjudican a mi propia esposa.

-Mis soldados no, los de la Nación- hace gestos apaciguadores el general Victoria-. Calma, calma, señor alcalde. El ejército lamenta muchísimo el percance de su cuñada y hará cuanto pueda para resarcirla.

-¿Ahora le llaman percance al estupro?- se desconcierta el padre Beltrán. Porque eso es lo que fue.

-A Florcita la agarraron dos uniformados viniendo de la chacra y se la montaron en plena trocha- se come las uñas y brinca en el sitio el alcalde Teófilo Morey-. Con tan buena puntería que ahora está encinta, general.

-Usted me va a identificar a esos bandidos, señorita Dorotea- gruñe el coronel Peter Casahuanqui-. Sin llorar, sin llorar, ya va a ver cómo arreglo esto.

-¿Se le ocurre que voy a salir?- solloza Dorotea-. ¿Yo solitita delante de todos los soldados?

-Van a desfilar por aquí, frente a la Prevención- se esconde detrás de la rejilla metálica el coronel Máximo Dávila-. Usted los va espiando por la ventana y apenas descubra a los abusivos me los señala, señorita Jesús.

-¿Abusivos?- salpica babas el padre Beltrán. Viciosos, canallas y miserables, más bien. ¡Hacerle semejante infamia a doña Asunta! ¡Desprestigiar así el uniforme!

-A Luisa Cánepa, mi sirvienta, la violó un sargento, y después un cabo y después un soldado raso- limpia sus anteojos el teniente Bacacorzo-. La cosa le gustó o que sé yo, mi comandante, pero lo cierto es que ahora se dedica al puterío con el nombre de Pechuga y tiene como cafiche a un marica que le dice Milcaras.

-Ahora indíqueme con cual de estas personitas quiere casarse, señorita Dolores- pasea frente a los tres reclutas el coronel Augusto Valdés-. Y el capellán los casa en este instante. Elija, elija, ¿cuál prefiere para papá de su futuro hijo?

-A mi señora la pescaron en la propia iglesia- se mantiene rígido en el borde de la silla el carpintero Adriano Lharque-. No la catedral, sino la del cristo de Bagazán, señor.

-Así es, queridos radioescuchas- brama el Sinchi-. A esos sacrílegos lascivos no los contuvo el temor de Dios ni el respeto debido a su Santa casa ni las nobles canas de esa matrona dignísima, semilla ya de dos generaciones loretanas.

-Comenzaron a jalonearme, ay Jesús mío, querían tumbarme al suelo- llora la señorita Cristina-. Se caían de borrachos y hay que oir las lisuras que decían. Delante del altar mayor, se lo juro.

-Al alma más caritativa de todo Loreto , mi general- retumba el padre Beltrán-. ¡La ultrajaron cinco veces!

-Y también a su hijita y a su sobrinita y a su ahijadita, ya lo sé, Scavino- sopla la caspa de sus hombreras el Tigre Collazos-. ¿Pero ese cura Beltrán está con nosotros o con ellos? ¿Es o no capellán del ejército?

-Protesto como sacerdote y también como soldado, mi general- hunde vientre, saca pecho el mayor Beltrán-. Porque esos abusos hacen tanto daño a la institución como a las víctimas.



Mario Vargas Llosa
Pantaleón y las visitadoras
Editorial Planeta.

.

GAEL GARCIA BERNAL




HOTEL ANCIRA




-Oye, ¿sabes qué me preocupa?- separó la mano-: Que en un rato más se aparezcan por aquí tus admiradoras, que has de tener por montones, y no nos dejen platicar. Y a mí me gustaría mucho platicar contigo, Gael; es una oportunidad que pocas veces tiene una mujer como yo que no sabe nada del ambiente artístico.

-El ambiente artístico es una lata.

-Sí, pero nos van a interrumpir y se nos va a ir el tiempo, y yo tengo que regresar con mi gordo.

Volvió a sonreírle, seductora, como si se tratara de tocarlo con la pura sonrisa por encima de la mesita y de los vasos de whisky. Luego hizo resbalar su mano izquierda por un seno, al descuido, y pellizcó la perla engarzada del collar.

-¿Y qué tal si te propongo una travesura, Gael? Que vayamos a tu cuarto.

Camilo enderezó el cuello

-Estás hospedado aquí, ¿verdad? ¿Estás sólo?

-Sólo y mi alma.

-Pues vamos a tu cuarto y platicamos un rato, nada más un rato. Para que me cuentes de tus películas.

La mujer se levantó de un solo impulso. Se aproximó a Camilo y lo tomó de la mano como si hubiera decidido raptarlo. Eso dijo:

-Voy a raptarte, Gael.

Mientras salían del bar del Hotel Ancira, subían por el elevador, recorrían el pasillo y entraban en la habitación trescientos cuatro, Camilo tuvo tiempo de pensar que todo aquello era un sueño. Y no. No era un sueño la boca de Ana María frotándose y comiéndose la suya, los pechos deliciosos oprimidos por sus manos y sus manos explorando enseguida el cuerpo que desvistió frenéticamente al tiempo en que ella, con el mismo frenesí, le hurgaba el torso, las nalgas, la entrepierna; lo desnudaba sin tregua, igual a como él, hasta convertirse ambos en una trenza, retorciéndose en la cama todavía con restos de ropa de la que necesitaban deshacerse para no estorbar caricias, arañazos y besos y lengüeteos y agitar de cuerpos en continuos giros de un lado para otro: un montarse y desmontarse para alterar posiciones entre gemidos y vaivenes del irse y el venirse hasta el instante de acceder a un erotismo más frutal que la pasión de los primeros minutos, como si al reventón de una ola tras el clímax de la cresta siguiera el deslizamiento diagonal que resbala en espumas sobre la planicie lamida por dos cuerpos enredados en un placer común: el que se da y el que se recibe en sacudimientos simultáneos, intuidos por lo común en los sueños pero vividos aquí, ahora, en la realidad del ajetreo sexual: único valor, inacabable apareamiento que irremediablemente empieza a concluir, concluye al fin hasta el sedante suspiro final.

-Quédate un rato más, Ana María- dijo Camilo cuando la vio sentarse en la cama

-No puedo- replicó ella. Mi gordo se va a despertar de un momento a otro.

-Un rato. Vamos a hacerlo de nuevo

-Ya no.

Ana María salió de la cama. Recogió su ropa desparramada por la habitación. Desapareció con ella en el cuarto de baño.

Diez, quince minutos permaneció Camilo tendido sobre las sábanas. Se levantó contra su voluntad. Desnudo caminó hasta el cuarto de baño. Abrió la puerta.

Con la secadora eléctrica, frente al espejo, Ana María se desenredaba el cabello.

-Tengo que decirte algo- dijo Camilo.

-No me digas, ya lo sé

-No lo sabes.

-Que no eres Gael García Bernal, ¿eso quieres decirme? Lo sé desde el principio, corazón. No soy idiota. Solo un borracho como mi gordo puede confundirse de manera tan pendeja. Tú no te pareces en nada, pero en nada a ese actor chulísimo.

-Entonces…

-Entonces nada. Lo que pasa es que andaba muy caliente, excitadísima, y ni modo de hacerlo con mi marido. Tú lo viste: borracho perdido.

Ana María giró para mirarlo de frente. Le sonrió.

-No sé cómo lo haga Gael, pero tú coges muy bien.

A manera de despedida, Ana María le puso el índice en la punta de la nariz. Luego chasqueó un beso al aire y abandonó el cuarto.



Vicente Leñero
Gente así.
Alfaguara.

.

jueves, 17 de diciembre de 2009

LA NOVIA



LA TREVI

Después de varias peleas a muerte, sobre la arena ensangrentada del palenque improvisaron una tarima para colocar los instrumentos musicales. Había sido larga la espera para aquellos que por primera vez iban a presenciar tal espectáculo. Y es que en la Feria y Exposición la máxima atracción de esa semana era precisamente el doble espectáculo: peleas de compromiso entre galleros de la región contra los galleros de la región sur del Estado de Texas y la tan esperada presentación promocionado por el empresario del palenque de la Feria como “el Fabuloso Show de Gloria Trevi”.

Afuera se quedaron muchas personas protestando porque el Palenque se llenó desde muy temprano. Casi tres horas antes del inicio de las peleas de compromiso el Palenque lucía lleno. Incluso hubo protestas debido a que muchos que ya habían comprado sus boletos se quedaron sin poder entrar. El sobrecupo era evidente y la reventa de boletos se hacía con muy poca discreción. Los boletos se conseguían al triple de su valor y aún así muchos se quedaron afuera. Mucha gente tuvo que presenciar todo el espectáculo de pie.

Después de la larga espera, el público exigía a gritos la presencia de la Trevi en el escenario. Las luces se apagaron y eso animó a todos los presentes, que empezaron a gritar ¡Gloria, Gloria, Gloria!

En medio de la oscuridad, llegaron a la tarima los músicos y empezaron a tocar una canción de rock, que puso frenéticos a los chavos, que llevaban varias horas y bebidas de espera.

Y es que sin lugar a dudas, esto es un arte. Luciendo sus mejores galas, los galleros azuzaban a sus gallos para lograr vencer a sus adversarios. El alcohol corría en abundancia y el público se enardecía cada vez que uno de los gallos lograba con sus patas dar un certero navajazo a su rival.

Los ensangrentados animales se revolcaban en el suelo y cuando parecía que uno estaba ya casi muerto, se reponía y dando enormes aletazos contratacaba a su enemigo.

Con la cabeza erguida y dando grandes brincos llegó la Trevi al escenario. Las luces se apagaron y solo un reflector siguió su carrera descendente a través del angosto pasillo de la escalera, mientras el animador se deshacía en elogios que nadie escuchaba.. Seguida por cuatro guaruras, llegó hasta el entarimado. El público enloqueció y su grupo musical empezó a tocar la introducción de su primera canción. De la euforia pasaron al silencio total. Cinco mil gentes en silencio para escuchar a la Reina del Palenque.

Era la figura del momento. Después de que el animador hiciera su presentación, se oyó una rechifla y hasta algunas mentadas de madre. Sólo algunos aplausos de sus más cercanos amigos que le acompañaban esa noche se escucharon perdidos entre la rechifla y los recordatorios maternales. Es el riesgo de ser una figura pública. Y sobre todo cuando se tiene una pasión tan arraigada por los aplausos y por los palenques. El alcalde ni se inmutó. Se puso de pié y saludó apenas levantando la mano. De inmediato se volvió a sentar pidiendo que se reanudaran las peleas de gallos.

Sin duda, poco le importaba lo que le gritaba la gente. O al menos eso aparentaba, ya que transmitía una gran seguridad. Pese a los gritos que pudieran considerarse como ofensivos, jamás perdió la ecuanimidad. Incluso sonreía ante los gritos de ¡Mamacita! y algunos otros, más subidos de tono. Gloria se apoderó del escenario y empezó a manejar a su público, que también se le entregaba. Al terminar la primera canción, de nuevo la locura. De inmediato los músicos empezaron a tocar la segunda canción y los alaridos iban en aumento.

Los ávidos ojos de los asistentes, como hipnotizados, seguían el espectáculo por todo el redondel. No perdían detalle y celebraban con gran júbilo cada movimiento brusco, cada sacudida de cabeza, cada evolución en el aire. Era tal su agilidad y su condición que uno pensaba de inmediato en el enorme sacrificio y las incontables horas de entrenamiento que tuvieron que padecer los gallos para llegar en buena forma a su cita con el destino.

Era cuestión de vida o muerte. Después de tanto prepararse, por fin llegaba la noche tan temida y tan anhelada Esta era la noche de su vida. Y es que era mucho más que el orgullo lo que estaba en juego. Aquí se podían cobrar viejas afrentas y era una excelente oportunidad de cobrar venganza. O de perderlo todo. Los apostadores llegaron con los bolsillos repletos de dinero y en cada pelea grandes fajos de billetes cambiaban de dueño. El alcohol exacerbaba los ánimos y hubo algunos conatos de bronca entre los asistentes.

Los encargados de la seguridad actuaban de inmediato para aplacar los ímpetus de algunos tipos pasados de copas. Aunque la verdad es que no se requirió de la actuación de los de seguridad, pues Gloria con un brusco empujón se encargaba de rechazar a los manos largas que quisieron aprovechar la oportunidad de disfrutar de algo más que los calendarios de la Trevi.

De repente Gloria se quitó el saco, provocando gritos de júbilo entre el público masculino. Con cada nueva canción, la temperatura aumentaba en el Auditorio.

Hubo algunos desmayados. De inmediato se les daba auxilio, pues el espectáculo debía continuar. Se les echaba aire en la cabeza para tratar de que volvieran en sí, cosa que no siempre se lograba. Incluso los galleros les llegaban a chupar la cabeza para que se reanimaran, aunque no siempre el remedio daba resultado .Muchas veces el gallo ya no se podía levantar y perdía la pelea.

Algunas veces intentaba levantarse, haciendo un gran esfuerzo. Todos los espectadores estaban pendientes de sus movimientos. Desesperado, tenía que aguantar la humillación de estar en el suelo, sin poder moverse, pisoteado. Y con los pantalones abajo. Primero se mostró muy valiente queriendo bailar con Gloria, que divertida, lo dejó hacer mientras seguía cantando. Luego ella le quitó la camisa ante la mirada complaciente de las mujeres asistentes. Después le desabrochó el cinto y el cierre del pantalón, ante las divertidas carcajadas de todo el público. Por último lo acostó en el piso y le bajó el pantalón. El pobre quería levantarse pero la Trevi se lo impedía. Cuando ella le quiso quitar el calzoncillo, él se le escurrió entre las piernas y salió corriendo del escenario ante las carcajadas de todos.

Ella sonreía divertida, pues sabía que estaba ante su público. Y creía que el público en verdad la quería. Pero con el paso del tiempo, su nombre se fue borrando de la memoria colectiva hasta que el escándalo nos lo devolvió de una manera vergonzosa. Primero dicen que anduvo huyendo, luego que tenía órdenes de aprehensión, que explotaban a niñas que buscaban el estrellato, que era responsables de violación de menores de edad, que merecía la cárcel, que estaba enamorada del tal Andrade, que tenía orden de extradición, que tenía cuentas millonarias, que algunos políticos de altos vuelos estaban involucrados con sus ilícitos y en sus orgías. Jamás se imaginó Mary Boquitas el tremendo giro que tendría su vida a la vuelta de unos cuantos años. Antes de tomar un descanso durante su actuación, la Trevi la presentó: - Y ahora los dejo con una talentosa cantante reynosense: con Ustedes, la incomparable... Mary Boquitas!!!!!

Uno jamás se imaginó que esas niñas (porque eran unas niñas) tuvieran el permiso de sus padres para andar en lugares así. Incluso que los mismos padres las llevaran a ese tipo de lugares. Pero Gloria tiene un algo que atrae a la gente, y tratando de buscar una gloria efímera, esas niñas terminaron en lo más bajo. Ahí estaban más de diez niñas en el vil suelo, en medio del escenario, arrastrando su cabellera contra el piso al compás de la canción “Pelo suelto”, mientras todo el palenque coreaba interminablemente el estribillo de “Voy a traer el pelo suelto”.

Al terminar esta canción, se despidió del público. Las chiquillas se levantaron y una de ellas se abrazó aferradamente a Gloria y no la dejaba irse.

Por fin pudo desprenderse de la niña y el público empezó a gritar: Otra, Otra, Otra!!!.

Terminó su actuación con un popurrí de canciones de rock que no lograron prender al auditorio.

Esa fue la unica vez que asistí a una pelea de gallos. Perdí mucho dinero.

Ya se aproxima la Feria y Exposición de Reynosa. Este año espero apostar fuerte a los gallos y hacer algún dinero.

¿Y por qué no? A lo mejor sale bien librada la Trevi y podemos tenerla en la Feria nuevamente.

Bueno, si sigue publicando su calendario, prometo no hacerle el recuento de los daños.

.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

BOMBAZO



BOGOTÁ 1989


(Fragmento)


En este país parece
como si alguien
hubiera apagado la luz.


Entre las pocas personas que han salido ganando con el actual enfrentamiento entre el gobierno colombiano y los traficantes de cocaína están los vidrieros de Bogotá. El otro día, en un edificio de apartamentos que acababa de perder sus ventanas a causa de una explosión no lejos de ahí, tres equipos de vidrieros iban y venían al trote desde sus camiones hasta el edificio. Con las manos enguantadas, cargaban enormes rectángulos de vidrio que iban colocando con ayuda de bombas de succión, encaramándose por las ventanas rotas y casi sin tomar un respiro para descansar el lomo antes de seguir con el siguiente panel. “Todas las mañanas ponemos la radio y esperamos la noticia”, me dijo uno de ellos, “y cuando la oímos, decimos “!Uy!, ¡Bombazo!!A trabajar! Y salimos para la dirección que dieron en el noticiero. Ha habido mucha bomba, pero también hay muchos vidrieros, así que no es que sea tanto el trabajo, pero yo ya llevo como cinco o seis edificios”.

El hombre dijo que se llamaba Carlos López, y mientras él y su compañero sacaban otra lámina del camión dijo que esperaban estar muy ocupados ese día. Habían estallado siete bombas la noche anterior, la mayoría en este barrio, que se llama Teusaquillo y es uno de los más agradables de Bogotá; data de los años treinta y si las casas de ladrillo rojo con techos de teja no logran el aspecto inglés al que tan evidentemente se aspiró, la culpa es en parte de la vegetación –espléndidos sietecueros de flores púrpura en las esquinas, y begonias rojo sangre y agapantos azules apiñados en los antejardines. Hay algunos edificios modernos de apartamentos, varias sencillas iglesias de ladrillo y –una bendición en una ciudad atormentada por el ruido y la congestión- poco tráfico, aunque Teusaquillo está sólo a quince minutos del centro donde se encuentran el Congreso, el Palacio presidencial y varios ministerios. Los partidos principales y muchos políticos importantes tienen sus sedes en Teusaquillo, de manera que, cuando los narcotraficantes decidieron lanzar un ataque contra lo que aquí se conoce como “la clase política” solo se necesitaron ocho minutos y dos carros con varias cargas de dinamita parta devastar las oficinas de nueve políticos. Como las calles no son muy anchas, las explosiones reventaron una cantidad desproporcionada de vidrio, a veces hasta a dos cuadras de las casas dinamitadas. De ahí la euforia de Carlos López al verse rodeado de edificios con gran potencial lucrativo.

Con ese modo particular que tienen los colombianos de hacerle frente a los desastres, los presuntos clientes de López –congregados a la entrada de sus ventilados apartamentos para comentar el hecho y ver cuál vidriero ofrecía mejor precio- no estaban ni histéricos ni indignados. Una mujer que aún se estaba recuperando del susto de haber despertado unas horas antes con el ruido de detonaciones cada vez más cercanas, hasta que una, enorme, arrojó una lluvia de astillas de vidrio en su dormitorio, todavía tenía ánimo para reírse de los vidrieros que llegaban, antes de las siete de la mañana, cinta en mano, a tomar medidas y ofrecer presupuestos.


Alma Guillermoprieto
Al pie de un volcán te escribo. Crónicas Latinoamericanas.
Plaza Janés.

.

ENEMIGOS DE LA PATRIA





UNA MAQUINACIÓN DIABÓLICA: LAS DESAPARICIONES FORZADAS
(Fragmento)

…Pero las desapariciones forzadas no se limitan ni mucho menos a un mecanismo de represión dirigido a eliminar a quienes se considera como enemigos. En la Argentina, para citar el país donde esta técnica de la muerte  y del miedo ha rebasado todos los límites imaginables, las desapariciones no solo han ocurrido en el nivel  de los adultos sino que  se han hecho extensivas a los niños, secuestrados muchas veces al mismo tiempo  que sus padres o parientes cercanos, y sobre los cuales no ha vuelto a saberse nada. Niños que van desde los recién nacidos  a los que ya entraban en la edad escolar. Niños cuyo secuestro y desaparición  nada justificaba como no fuera el sadismo  de los raptores o un refinamiento  casi inconcebible de su técnica de intimidación. Esos niños, ¿podían considerarse como subversivos, según calificaban los militares a los jóvenes y adultos desaparecidos? Esos niños ¿eran enemigos de lo que ellos llaman patria, llenando de sucia saliva una palabra  que tanto significa para los pueblos latinoamericanos’ ¿Y qué ha ocurrido con esos niños , si no han muerto en su enorme mayoría? Si quedan sobrevivientes,  ¿qué pueden saber hoy lo que fueron un día frente a los tráficos, ventas, adopciones y desplazamientos de que han sido víctimas? Si la desaparición de un adulto siembra el espanto y el dolor en el corazón  de sus prójimos y amigos, ¿qué decir de padres y abuelos que en la Argentina siguen buscando, fotografías en mano,  a esos pequeños que les fueron arrancados  entre golpes, balazos e insultos? Vuelvo a pensar en Dante, vuelvo a decirme que en su atroz infierno  no hay ni un solo niño;  pero el de los militares argentinos responsables  de las desapariciones está lleno de pequeñas sombras, de siluetas cada vez más semejantes al humo y a las lágrimas.
            Y esto no es todo por desgracia; el drama de los niños –aunque de esto se hable muy poco y haya  que gritarlo a los cuatro vientos- se proyecta mucho más allá de las desapariciones mismas. A mí me ha tocado ver en países de exilio (incluso aquí, en California, hace tres años) a familias que habían huido de la Argentina y de Chile después de la muerte  o la desaparición de alguno o algunos de sus miembros.  Muchas de esas familias tienen niños pequeños  o adolescentes, y nada puede ser más aterrador  que conocer a algunos de ellos y comprobar  los traumatismos físicos y psíquicos  que estos episodios han dejado en ellos. Niños a quienes les llevaron a padre o hermanos  entre golpes e insultos, reviven cada  noche esa pesadilla que presenciaron  sin poder hacer nada. Psicólogos y asistentes sociales se enfrentan hoy en muchos países con la difícil tarea de  reconciliar a esas criaturas con la vida normal. Porque para ellos, después de lo que han vivido, nada puede ser normal, ni siquiera el cariño de su familia y sus maestros, ni siquiera los juegos, la paz y la seguridad. Pero, claro, frente a eso los culpables  proclaman una autoamnistía, frente a eso es como si no hubiese sucedido nada. Muchos de nosotros no lo aceptaremos jamás…

Julio Cortázar
Argentina: Años de Alambradas Culturales
Muchnik Editores.


.