
Y EN LOS TIEMPOS OSCUROS ¿HABRÁ CANTO?
(Fragmentos)
Hace unos días, el presidente Felipe Calderón, criticó a los críticos, y convocó a hablar bien de México: “Hablar bien de México, de las ventajas que México tiene… Es la manera de construir, precisamente, el futuro del país”.
Y de allí, siguiendo su propio exhorto, pasó a congratularse porque la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes aquí es más baja que en Colombia, Brasil, El Salvador, o Nueva Orleans.
Las ventajas de México quedarán claras cuando decidamos hablar bien del país, concluyó.
Escribo ahora para pedirte --lector o lectora -- que hagas exactamente lo contrario a lo que el presidente exige.
Escribo ahora para recordarte que el estoicismo, la resignación, la complicidad, el silencio, y la impasibilidad de tantos explican, por qué un país tan majestuoso como México, ha sido tan mal gobernado.
Es la tarea del ciudadano, como lo apuntaba Gunther Grass, vivir con la boca abierta.
Hablar bien de los ríos claros y transparentes, pero hablar mal de los políticos opacos y tramposos; hablar bien de los árboles erguidos y frondosos, pero hablar mal de las instituciones torcidas y corrompidas; hablar bien del país, pero hablar mal de quienes se lo han embolsado.
El oficio de ser un buen ciudadano parte del compromiso de llamar a las cosas por su nombre.
De descubrir la verdad aunque haya tantos empeñados en esconderla.
De decirle a los corruptos que lo han sido; de decirle a los abusivos que deberían dejar de serlo; de decirle a quienes han expoliado al país, que no tienen derecho a seguir haciéndolo; de mirar a México con la honestidad que necesita; de mostrar que somos mejor que nuestra clase política y no tenemos el gobierno que merecemos.
De vivir anclado en la indignación permanente: Criticando, proponiendo, sacudiendo.
De alzar la vara de medición.
De convertirte en autor de un lenguaje que intenta decirle la verdad al poder.
Porque hay pocas cosas peores – como lo advertía Martin Luther King – que el apabullante silencio de la gente buena.
Ser ciudadano requiere entender que la obligación intelectual mayor, es rendirle tributo a tu país a través de la crítica.
Ante esa propensión al conformismo te invito a hablar mal de México.
A formar parte de los ciudadanos que se rehusan a aceptar la lógica compartida del “por lo menos”.
A los que ejercen a cabalidad el oficio de la ciudadanía crítica.
A los que alzan un espejo para que un país pueda verse a sí mismo tal y como es.
A los que dicen “no”.
A los que resisten el uso arbitrario de la autoridad.
A los que asumen el reto de la inteligencia libre.
A los que piensan diferente.
A los que declaran que el emperador está desnudo.
A los que se involucran en causas y en temas y en movimientos más grandes que sí mismos.
A los que en tiempos de grandes disyuntivas éticas, no permanecen neutrales.
A los que se niegan a ser espectadores de la injusticia o la estupidez.
A los que critican a México porque están cansados de aquello que Carlos Pellicer llamó “el esplendor ausente”.
A los que cantan en la oscuridad porque es la única forma de iluminarla.
Denise Dresser. Nota completa en:
http://www.elmananarey.com/diario/post/449553